Capítulo 16

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— ¿De verdad te puedes quedar un ratito a esperarle? — me dice aquella bella señora mayor

— Claro que si, realmente no tengo nada que hacer al llegar a casa, mi hermana menor puede preparar hoy la cena — respondo desviando la mirada

Es la primera vez que no voy a casa a prepararle la cena a mi madre, no sabía que deseara tanto volver a ver a Takumi.

La madre y la chica se miran entre ellas, sonríen y me da un escalofrío. Es extraño, ¿cómo se pueden ver tan tenebrosas a veces? Si se ven muy elegantes.

— Bueno pues estaremos encantadas de que te quedes, es más, se hace tarde y vamos a cenar ya ¿Quieres quedarte? Llamaremos a tu casa, es más, ya estamos llamando a tu casa, intentaremos convencer a tu madre para que te quedes — mira hacia su mayordomo y él asiente — es más, ya la hemos convencido

Me quedo sin habla, todo ha pasado demasiado rápido y no salgo de mi asombro. 

— ¡Bien, bien! — la pequeña coge mi mano — ven a mi habitación a jugar un rato, tengo un gran conejo de peluche

Me arrastra hasta su habitación, creo que es más grande que mi casa.

— Nee... Misaki — susurra sin mirarme

— ¿Qué ocurre? — pregunto acercándome un poco

— No le hagas daño a mi oniichan — coge a su conejo y lo abraza — puede que él sea un completo bakka pero en realidad él sufre, a veces

No digo nada, tan solo miro a la chica, al principio tuve una mala impresión de ellas, pensé que estaba locas, que eran excéntricas y que no debía acercarme. Pero ahora me doy cuenta de que por mucho dinero que tengan sigue siendo una familia normal, se quieren entre ellos y se ayudan como pueden. Me alegro de que la familia de Usui sea así.

— No le haré daño, te lo prometo Haruki-chan — pongo una mano en su cabeza — confía en mí

— Él puede ser muy incomprensible, pero por algún motivo tú le caes bien — suspira — ¿cómo ha podido escapar por la ventana de nuevo?


Narra Takumi

Miro la habitación de mi hermana desde lejos, tiene la luz encendida, está con alguien. 

Aún no se ha ido la nueva presa, es extraño a esta hora debería haberse marchado ya.

Bajo del árbol en el que estoy subido y camino hacia la mansión, estoy cansado de estar fuera y tengo hambre, lo mejor será que entre y me escabulla por la casa.

Cuando ya estoy en la puerta camino a gatas rodeando la mansión para que nadie me vea por la ventana, cuando ya estoy en la parte trasera me meto por una ventana la cual tengo algo trucada para entrar por ahí siempre que quiera.

Me quito los zapatos y camino sigilosamente, veo a mi madre sentada en la escalera con los brazos cruzados. Está bastante enfadada.

No hay derecho, de verdad que no. Si quisiera tener novia haría tiempo que habría salido a buscar una, no hace falta que ellas vayan cazando chicas por la ciudad.

Subo a mi habitación por otra escalera y al pasar frente a la habitación de mi hermana escucho voces.

"Nee... Misaki"

¿Acabo de escuchar lo que creo que acabo de escuchar? No puede ser, es decir, hay miles de Misaki. Pero mi corazón se agita con ese nombre, la curiosidad me supera y me quedo quieto escuchando su conversación.

La voz de esa chica, es tan familiar que no puedo evitar cerrar los ojos e imaginármela. 

Abro un poco la puerta con sigilo y al acercarme para mirar me encuentro con otro ojo y retrocedo rápidamente cayendo y chocándome con la pared.

— ¡¿Qué haces espiando la habitación de otra chica?! ¡Okaaaasaaaan! — grita yo trato de escapar pero se tira encima mía — ¡Lo he capturado!

En un abrir y cerrar los ojos mi madre aparece también encima mía y mi padre con la pipa en su mano mirando y grabando la escena con una cámara en su otra mano.

— Ahhh, soltadme soltadme no podéis buscarme pareja, ya he dicho que soy un alma libre — les replico — un alma libre he dichoooo

— Pero hijo — dice mi madre — nos ha costado mucho encontrar a esta chica, vas a cenar con ella lo quieras o no — pone sus manos en mi cara y la gira para que la vea

Está a contraluz, me siento cegado por unos momentos pero luego la veo. Es ella, su cabello está un poco por debajo de sus hombros pero esos preciosos ojos siguen iguales que siempre. 

— Hola Usui — me saluda con una sonrisa

Mi madre y hermana se quitan de encima mío y me levanto.

— Ha pasado mucho tiempo...

No sé que decir, no es como si todo este tiempo no quisiera verla... Entones ¿por qué no me he molestado en buscarla? 

— Quería verte — esa era mi línea ¿cómo lo hace para hacerme quedar tan mal?

— Yo también... — digo algo molesto

Yo era quién debía aparecer en su casa, sorprenderla, decirle que quería verla. Pero en cambio, ahora ella está aquí, persiguiéndome, y yo solo huyo.

Al parecer intercambiamos los papeles. Ahora yo soy el ratón, y estoy atrapado.

La chica infiltrada [Kaichou wa maid sama]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora