XV: "Escape del infierno"

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Después de haberle dicho a Al cuál fue el resultado de la prueba, se mostró realmente entusiasmado, luego le pidió a ella ver la prueba con sus propios ojos, pero le explicó que la tiró por el inodoro.

Slap

Cachetada ganada.

No se quejó, más bien, trató de mantener la cordura y se aguantó de no saltarle encima y llenarlo de golpes; su fantasía.

(....)

Pasaron varios días...

Adela a veces mostraba síntomas del embarazo; cuando comía, se ponía la mano en la boca y salía corriendo hacia el baño; a veces le decía a Al que le dolía la cabeza, ya que era uno de los síntomas, y que le dolía el abdomen.

Las facciones de Alastor al escuchar eso y presenciar el cómo se iba corriendo para soltar el vómito, lo hacía sentir más emocionado e intrigado. Ya fantaseaba con el día en el que diera a luz.

No iba a negarlo; en las noches, cuando Adela se iba a dormir o a bañarse,  inmediatamente su vista se dirigía al espejo que decoraba la pared blanca de su habitación. Se sentía sumamente incómoda cada segundo que pasaba dentro de ese cuarto, sabiendo que la mirada del castaño podría estar sobre ella en cualquier momento, también cuando dormía. Pero siempre se hacía la loca en el exterior de que no sabía nada de eso y actuaba como si nada.

A veces se le pasaba por la cabeza, ¿cómo pudo llegar a enamorarse de él? Confió ciegamente en él y le abrió su corazón, sólo para que al final no fuera la persona que aparentaba ser delante de la gente y terminar hiriéndola mental y físicamente. Con el pasar de los días dentro de esa casa, sus pensamientos hacia él habían cambiado drásticamente, ya no quería tener ningún tipo de relación con él, y mucho menos tenerlo cerca, sabiendo lo que él era capaz de hacerle... Pero en el fondo, aún seguía amándolo, tanto como la primera vez en la que se dió cuenta que su corazón le pertenecía a el; pensamientos pasados. 

Era una sensación muy extraña; sigues enamorada de una persona que sabes que es tóxica y no te gusta el maltrato que te da. Pero aún ella estando enamorada, se sabía dar su lugar, sabía defenderse  cuando era el momento correcto y estaba dispuesta a matarlo si ella misma se encontraba en una situación de vida o muerte a causa del castaño.

«Te amo, pero no eres bueno para mí. Yo tampoco lo soy para tí. Simplemente, no sabemos amar de la forma correcta. Fuiste la primera persona por la que en verdad empecé a sentir algo, y me dí cuenta de lo estúpida que fuí al hacerlo de tí».

Nunca deseó que las cosas salieran de esta manera, si lo hubiera sabido desde un principio, lo más razonable era que cortara  todo tipo de contacto con él, pero en parte la culpa también la tenía su madre. Ella lo conoció desde hace tiempo y sabía el tipo de persona que era, pero nunca le advirtió ni dijo nada a su hija. Le causaba una gran rabia pensar eso.

¿Acaso se merecía todo lo que le estaba pasando? Creía que sí. Tal vez era su castigo por todo el mal que causó a lo largo de su vida, encantar a los hombres para luego romperles el corazón y posteriormente asesinarlos para tener algo que cenar.

(....)

Miraba con sumo aburrimiento a través de su ventana cómo la nieve caía lentamente. La población estaba muy lejos de esa casa, a lo lejos se veía la figura de los altos edificios. Lo único que había en frente de la casa eran puros árboles, ya que se trataba de un bosque. No cualquiera puede encontrar este lugar tan fácil a menos que les hayan dicho.  

De repente, escuchó el chillido de la puerta al ser abierta. Giró la cabeza y miró a su futuro marido, que cargaba una expresión afligida, incluso con la sonrisa que siempre lleva, se podía notar. Se le acercó lentamente y se sentó a su lado en la cama, pero ella quizo mantener su distancia y se alejó un poco.

Strange Obsession [Alastor]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora