Sentía que me iba a morir en cualquier momento por causa de la risa, me dolía mucho la cara y mi estómago de tanto soltar carcajadas por las cosas que contaban el señor Alastor y Anthony. De verdad que me estaba divirtiendo mucho con ellos.
Pasamos como tres horas contando muchas cosas y anécdotas divertidas de nuestras vidas hasta el día de hoy. Yo al igual que ellos dos estábamos pasándola muy bien mientras bebíamos, o bueno, todos menos Vagatha.
Vinimos los tres a la mesa en la que estaban sentadas Charlotte y Vagatha para acompañarlas y presentarles a Alastor, pero la rubia se fue antes al bar para seguir hablando con el bartender mientras él trabajaba. Se veía que se habían caído de maravilla y estaban muy sonrientes todo el tiempo. Así que nos quedamos con la morena en la mesa, que no había quitado su mirada de fastidio en todo el rato, ni siquiera cuando le presenté al castaño, tampoco parecía tener ánimos de conocerlo.
Qué rara estaba en toda la noche.
Llegaron las doce AM, significando que ya se nos estaba haciendo tarde a todos para regresar a nuestras casas, era peligroso salir a esta hora a la calle y todos lo sabían, y más con un asesino suelto.
Yo siendo una.
Salimos los cinco juntos del bar y nos quedamos esperando en la entrada principal a que pasara por nosotros el chofer de Charlotte. Mientras tanto ella seguía hablándonos a nosotros muy contenta sobre el bartender que conoció.
—¡Me dio su número, mira, mira! —me enseñó el número del chico, acercando mucho un papel pequeño con su número escrito a mi cara.
—Sí, sí, ya vi, querida... —lo alejé de mi vista con mi dedo.
—Tranquila, ricitos de oro, parece que te va a dar una convulsión y te va a salir espuma de arcoíris por la boca de tanta emoción —dijo Anthony en un tono divertido.
—Perdón, perdón, es que no lo puedo evitar....
Después todo se tornó en un silencio algo incómodo. Nadie hablaba, y por eso todo estaba tan silencioso. Ni siquiera pasaba ningún vehículo ni una persona, y tenía sentido, a esta hora la gran mayoría de la gente ya estaba protegida en sus hogares y descansando.
—¡Maldición, ¿dónde mierda está esa limusina que dijiste que llegaría, Chars?! —dijo Anthony, rompiendo el silencio y recibiendo un codazo en el pecho por parte de Vagatha.
—Deja de gritar.
—No quiero —le restó importancia al codazo—, tengo que llegar antes de la una, y ya son las doce y media.
—Lo llamaré para saber por dónde va, ya debe de estar en camino —contestó la rubia algo nerviosa. Dio unos cuantos pasos algo lejos de nosotros y entró a una cabina telefónica para llamar a su chofer.
Le dejé de prestar atención y le hablé a Anthony, quien estaba encendiéndose un cigarrillo puesto en sus labios.
—Qué raro que no trajiste tu costoso auto Duesenberg Modelo SJ, Antho —le dije, haciéndole un poco de burla, ya que él se la pasaba presumiendo su auto y cuánto valía.
—Se lo presté a Molly —respondió sin problema alguno al tener el cigarrillo en sus labios—, ella tenía que ir a una fiesta.
—Owww, qué buen hermanito eres —lo empecé a fastidiar apretándole una mejilla. Me quitó la mano divertido, casi con cuidado.
—¡¿Qué?! —soltó la rubia de repente estando al teléfono— ¿P-pero alguien más no puede venir a buscarnos?.... —dio un suspiro profundo, como si algo le fastidiara—. Está bien..., veremos qué vamos a hacer.
ESTÁS LEYENDO
Strange Obsession [Alastor]
FanficTodos conocemos el típico dicho "Las apariencias engañan" o "Caras vemos, corazones no sabemos". La señorita Adela, que vive en el seno de una familia con tradiciones raras, y el caballero Alastor, un locutor de radio muy famoso de su ciudad Nueva O...