𝙂𝘼𝙈𝙀𝙎 𝙊𝙁 𝙏𝙃𝙀 𝙈𝘼𝙁𝙄𝘼 ˢᵃᵗᶻᵘ

𝙀³³ - "𝘾𝙤𝙣𝙫𝙚𝙧𝙩𝙞𝙧𝙡𝙖 𝙚𝙣 𝙈𝙪𝙟𝙚𝙧"

·˚ ༘₊· ͟͟͞͞꒰♘ - 女性

Sana esperaba en el bar, pedía un par de cerveza para los miembros del Linaje Zhou y de la Familia Minatozaki.

— Preciosa, ¿estás disponible?

La voz masculina totalmente ajena interrumpió en su labor.

— ¿Eh? — Sana volteó confundida — ¿Qué?

— Pregunto si estás disponible.— Repitió con una sonrisa en sus labios.

— No lo estoy.— Respondió con frialdad — Lárgate.

El hombre se acercó más, enrredo una de sus manos sobre su cintura y con la otra tomó su mentón.

— Creo que no lo entiendes...— Sonrió sobre su cuello — Quiero que me la chupes.

— Hey, hey.— Sana intentó alejarse — Yo no soy una trabajadora. Déjame en paz.

— ¿No? — Bajó una mano a su trasero y apretó con fuerza — Déjame convertirte en una.

— S-Sueltame imbécil.— Trató de separarse.

Él hizo caso omiso a sus llamados y unió sus labios con los de la chica para callarla.

— ¿¡Qué te pasa!? — Gruñó molesta.

Lo mataría en ese momento.

— ¿Quieres más? — Ofrecio.

Y antes de que pudiera seguir insinuandose a la muchacha un poderoso puñetazo se estrelló contra su mejilla.

— T-Tzuyu.

Tzuyu había aparecido para marcar territorio.

— Hijo de puta.— Lo tomó de la camisa y lo estampó contra una de las mesas — ¿¡Quién te crees!?

— ¡Sueltame perra loca! — Gritó el hombre.

Ambos comenzaron a golpearse a la vez. Pronto Tzuyu sacó su arma y lo apuntó con ella.

— Tzuyu, detente.— Sana se acercó y tomó sus manos para bajar el arma.

— C-Cálmate, solo quería un cariñito de la zorra esa.— El chico levantó sus manos.

Tzuyu recargo.

— Amor, basta.— Le pidió la Japonesa.

Estaban formando un alboroto.

— ¿Lo estás defendiendo? — Tzuyu volteandola a ver.

— ¿Qué?...No.— La miró confundida.

El chico sonrió. Era su momento de safarse del problema.

— Si.— Captó la atención de Tzuyu enseguida — Ella me buscó, se acercó y por eso actúe así, pensé que era una puta más, chica puedes comprenderme, ¿no?

La alta lo miraba fijamente. En ese momento su cabeza estába cegada por la ira.

— Tzuyu.— Sana se cruzó de brazos — Mírame, yo no miento.

— Claro que si.— Acusó el chico — Que no te engañe, si tuvo el descaro de acercarse estando tú aquí, ¿no crees que tenga a alguien más también? Alguien que pueda convertirla en mujer...

— ¿A-Alguien más? — Repitió tragando pesadamente — ¿Convertirla en mujer?

No desconfiaba de su esposa, pero aquellas palabras habrían abierto un sin fin de preguntas.