Capitulo 8

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Era Apo quien tenía que dar el siguiente paso, pensó Mile, mirándolo a los ojos. Resultaba evidente que estaba desconcertado. Decía una cosa y pensaba otra. Y él lo entendía porque había estado todo el día dándole vueltas a lo que pasó por la noche. Nada podía ser tan fantástico, se decía. Pero cuando volvió a casa tuvo que admitir la verdad: de todas los amantes que había tenido, Apo era el mejor. Para un hombre que tenía experiencia tanto con el sexo opuesto y con hombres desde los quince años, eso era decir mucho.
Apo quería hacerle pensar que no había disfrutado tanto como él, pero no podía engañarlo. Y debía reconocerlo si querían seguir adelante.

-No necesito refrescarme, estoy perfectamente. Le dijo Apo.

-¿Seguro? Le dijo Mile sonriendo.

-De lo que estoy seguro es de que nuestra pequeña farsa está yendo demasiado lejos. Se supone que fingimos ser novios, nada más. No habíamos hablado de acostarnos juntos. Menciono Apo un poco nervioso.

-¿Y qué hay de malo en ello? Pregunto Mile

-Mucho. Yo no tengo tiempo para una relación. Mi carrera es toda mi vida y ya te he hablado de mis objetivos. Me iré de aquí cuando termine las prácticas porque no me gustan las ciudades grandes y nadie va a hacerme
cambiar de planes. Le dijo Apo algo molestó.
Se equivocaba si creía que él buscaba algo serio, pensó Adrian.

Pero entonces, ¿qué estaba buscando? ¿Un compañero de cama temporal? ¿Un romance que no llegaría a ningún sitio? Era lo que hacía siempre, ¿por que esa opción no le parecía aceptable con Apo?

-No quiero ser un simple revolcón para ningún hombre.

-¿Entonces qué es lo que quieres? No quieres una relación, no quieres un revolcón... no puedes tener las dos cosas.
Apo levantó la barbilla.

-¿No puedo estar satisfecho sin lo uno y lo otro?

-No -respondió Mile.

-¿Por qué dices eso?

-Porque eres un Hombre de sangre caliente. Y lo sé porque he tenido la suerte de comprobarlo. Quieres volver a tu vida de antes, pero no será fácil.
El hombre erótico que hay en ti ha sido liberado y ya no hay forma de volver atrás -Mile hizo una pausa para comer-. ¿Qué piensas hacer?

¿Vas a volverte loco intentando olvidar que eres un hombre apasionado, O vas a aceptar que puedes disfrutar de la vida... te lleve donde te lleve?
Es tu vida y puedes hacer lo que quieras con ella, así que hazlo. Apo se quedó pensativo, como si estuviera luchando consigo mismo. Durante los últimos años su carrera había sido lo único importante
y la idea de compartir su tiempo con otra persona seguramente lo sorprendía, pero como le había dicho, después de la noche anterior no Podía volver atrás.
La tensión crecía, el deseo en sus ojos era evidente y estaba haciendo que se excitara, pero era su decisión.
De repente, Apo tomó la botella de cerveza y bebió un largo trago mirándolo a los ojos. Parecía haber tomado una decisión...
Mile se apartó un poco y señaló sus rodillas.

-Siéntate aquí. Le señaló Mile.

«Aquí» era su entrepierna y, por el bulto bajo los vaqueros, estaba bien claro cuál era su situación. Apo sintió un río de lava entre las piernas. ¿La erección empujaba la tela de los vaqueros y quería que se
sentara allí?
La noche anterior había descubierto que, cuando se trataba de sexo, Aquel hombre tenía ideas que debería patentar.
Tenía razón al decir que le había ocurrido algo la noche anterior, algo que no creía poseer. Mile había liberado al Apo sexual...
Sería el primero en admitir que cuando despertó se sentía mejor que nunca. Quitarse el estrés en el dormitorio tenía sus ventajas.Entonces, ¿a qué estaba esperando? Como él había dicho, era su vida y podía hacer con ella lo que quisiera. Y lo que quería en aquel
momento era eso, pensó, mirando el bulto entre sus piernas. Se levantó y, mirándolo a los ojos, se quitó el pantalón. Su cara de sorpresa no tenía precio y tuvo que disimular una sonrisa. ¿Pensaba que
era el único que podía hacer lo que quería una vez que había tomado una decisión?

Un Hombre Auténtico Y UnicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora