06: Mehmed y Alev

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Alev y Mehmed podían considerase hermanos mellizos pero claramente no lo eran, Alev era adoptada y así mismo, llamaba la atención por sus cabellos blancos y ojos azules casi morados.

Ambos se querían demasiado y así mismo le tenían cariño a sus hermanos Mustafá, Raziye, Avyan y Alara.

── ¿Crees que Mahtab este enamorada de Mustafá?. Suena demasiado loco.  ── afirma Mehmed caminando con su hermana "melliza"  ──. Es una locura...Son hermanos.

── Medios hermanos.  ── recordó la de cabellos blancos ──. Asi mismo, ¿Acaso me estás cuestionando Mehmed?.  ── miro a su hermano.

── No, jamás te pienso cuestionar Alev.  ── nego mirando a otro lado, tenia un extraño sentimiento por su hermana de crianza.

¿Amor tal vez?. ¡No!, ¡No!, se repetía mentalmente en su cabeza. Es su hermana melliza y de crianza, jamás se enamoria de ella aunque ese sentimiento estaba creciendo por ella se notaba demasiado.

── ¿Mehmed?. ── Alev miro a su hermano.

── Estoy bien Alev, ven vamos a ver a Azra.. ── salieron corriendo para ver a su tia que era un poco mayor que ella pero querida por su hermano y sus sobrinos.

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Azra Gevherhan Sultán era conocida por su belleza anti natural y llamaba la atención, cabellos negros como la oscuridad, ojos azules como el mar y una suave piel radiante

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Azra Gevherhan Sultán era conocida por su belleza anti natural y llamaba la atención, cabellos negros como la oscuridad, ojos azules como el mar y una suave piel radiante.

── Sultana.  ── dijo Efsun Hanım  ──. El Şehzade Mehmed y la Sultana Alev están afuera. ¿Los dejo pasar?.

── Si, adelante.  ── dejó de afilar su espada con cuidado  ──. Hola mis niños. ── la joven de 11 años se levantó para posteriormente abrazar a sus sobrinos  ──, mis pequeños demonios.

── Somos tus demonios tía.

── Vinimos a visitarte Azra.. ── aseguro Alev  ──. Ya te extrañabamos, seguramente estás ocupada con tus clases y entrenamientos  ── aseguro con burla.

── Por favor, yo soy autodictada, aprendo cosas yo sola. Y pelear con espada me lo enseñó su padre, el sultán  ── afirma la pelinegra  ──. Pero ustedes también pueden serlo, lean y estudien lo que puedan, practiquen por si mismos.  ── aconsejo.

── Gracias tía Azra. ── Mehmed y Alev sonrieron.

Azra sonrio aunque una visión de ese maldito arcángel molesto le perturbó, noto que se llevaba unas almas y negó con la cabeza, su equilibrio se esfumó cayendo en el sofá.

── Tia Azra, ¿Estás bien?  ── pregunto la de cabellos blancos.

── Si. Estoy bien, el equilibrio solo se me fue. Perdón mis amores  ── retomo la compostura, esas visiones le estaba haciendo ver cosas que no estaban ahi  ──. Ahora…¿En que estábamos?  ── pregunto.

── Hablando de ser autodictadas.  ── aseguro Alev trayéndole un vaso con agua  ──. Aquí tienes, debes cuidarte un poco tia.

── Si está bien, no te preocupes mi sultana eterna.  ── Azra sonrio mientras bebía tranquilamente.


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𝐅𝐮𝐞𝐠𝐨 𝐚𝐫𝐝𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞 | Ş𝐞𝐡𝐳𝐚𝐝𝐞 𝐌𝐞𝐡𝐦𝐞𝐝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora