Virgen a los 19

¿Una apuesta?

Paula:

Era viernes y el fin de semana se acercaba. Me desperté a las 8, me di una ducha rapida, y salí con una toalla rodeando mi cuerpo, y otra sobre mi cabeza. Fui directa al armario y me puse unos pantalones negros de pitillo, una camisa vaquera, un jersey negro y mis vans azules.

Bajé a la cocina y me preparé el mismo desayuno de siempre. Cogí mis cosas, me subí a la Harley y me dirigí a casa de Elena. La recogí y fuimos hacia la universidad.

Divisamos a nuestras amigas y fuimos hacia ellas. Una vez todas juntas, nos dirigimos hacia el aula y nos sentamos en los mismos sitios de siempre. De momento, Toni aún no habia llegado.

Se me acercó un chico al que no conocía de nada. A lo mejor de haberlo visto algún día por la universidad.

-Hola, soy Pau. ¿Eres la novia de Toni?-Preguntó un poco triste.

-Sí, ¿por?- Respondí un poco confusa.

-Quería decirte una cosa. Toni y Mario, aquel chico de allá,-Dijo señalando al tal Mario.- un día, los escuché hablar, e hicieron una apuesta. Consistia en que Toni, tenía que intentar llevarte a la cama. No quiero hacerte daño, pero tenías que saber la verdad.

-No me mientas. Sé que Toni me quiere.-¿No?Eso es lo que él me ha dicho, pero, ¿puedo creerlo?

-No te miento. Ya si quieres creerme, es cosa tuya. Adiós.- Se fue hasta su sitio y en ese mismo momento llegó Toni.

¿Y si este chico tenía razón? Si fuera mentira, no me lo hubiera dicho, con una expresión de tristeza sobre la cara. ¿A quién debería creer?

Más tarde le preguntaré a Toni.

Pasaron las horas y llegó la última clase.

-Toni, tengo que hablar contigo. ¿Puedes venir a las 17 a mi casa? Es importante.

-Claro, allí estaré. ¿Pasa algo?- Dijo algo nervioso.

-No, sólo quiero hablar contigo.- Dije tranquila y con una sonrisa en la cara, ocultando millones de lágrimas.

Sonó la alarma y cada alumno regresó a su respectiva casa.

Las horas pasaron rápido, y ya eran las 17. Al segundo, Toni llamó al timbre.

-Pasa.- Dije con una mezcla de tristeza y enfado.

-¿Qué te pasa?- Preguntó muy nervioso.

-A mí nada. Será que te pasa a ti. Vienes a pedirme disculpas, decirme todo lo que me "quieres"- Dije haciendo comillas sobre la ultima palabra.- Te perdono, y hoy me dicen, que para tí solo soy una apuesta. Que sólo me has querido para quitarme la virginidad y ya está. ¿Es verdad?

Toni no me contestó y agachó la cabeza.

-¡Contestame! ¿Es verdad?- Dije enfadada.

-Y...yo...yo... puedo explicarlo.- Dijo medio llorando.

-No, no me vas a explicar nada. ¿Todas las veces que me has dicho que me querías eran todas mentira? ¿Sólo soy una apuesta para ti? -Pregunté enfadada y aguantando cada lágrima que luchaba por salir de mis ojos. -Vete. Vete de mi casa. Vete de mi vida. Ahora.

-Vale, adiós.- Cuando salió cerré la puerta de un portazo.

Corrí a mi habitación y me tiré sobre la cama. Escondí mi cabeza sobre la almohada y empecé a llorar. Perdí la noción del tiempo. Cuando dejé de llorar, me dí cuenta que eran las diez de la noche, me puse el pijama y me quedé dormida.

Sábado por la mañana:

Llamé a las chicas y quedamos en el centro comercial a las cuatro de la tarde. Me levanté de la cama, fui al cuarto del baño y me miré el rostro en el espejo.
Tenía un aspecto horrible. Tenía ojeras, las mejillas llenas de marcas de la almohada y mis ojos con todavía un resto de rímel. Me desvestí y me di una larga ducha de media hora. Cuando salí, me sentía como nueva.

Mi madre se fué hace una hora al trabajo. Estaba sola en casa, así que decidí poner música y leer un rato.
Más bien, estuve más tiempo cantando y bailando, que leyendo.

En ese mismo instante se puso la canción Sugar de Maroon5. Una de mis favoritas.

Empecé a bailar al ritmo de la música y en ese mismo momento sonó el timbre. ¿Quién sería? Posiblemente un vecino para quejarse de que la música está demasiado alta y ha venido a que la baje un poco.

Me acerqué al reproductor de música y lo apagué.

Me dirigí la puerta, la abrí y me encontré a Elena.

-Elena, ¿Qué haces aquí?- Pregunté bastante sorprendida

-Como nos has dicho de quedar esta tarde en el centro comercial, he deducido que había pasado algo. Por eso he venido. ¿Puedo pasar?

-Claro, pasa.- Me aparté y ella entró- Y por cierto, sí. Tenías razón. Ha pasado una cosa.

-Cuenta.

Le conté todo lo que había pasado y se quedó boquiabierta.

-¿Vas enserio?- Preguntó con un tono de tristeza.

-Claro. No soy capaz de mentir a mis amigas. ¿Sabes? Pienso que soy una estúpida por confiar en él. Pensaba que él era diferente. Y es el mismo cabrón que la mayoría de chicos.- No resistí más y empecé a llorar.

-Vamos Paula, no llores. Ese imbécil no se merece que derrames ni una sola lágrima por él. -Amaba a esta chica enserio. Me sacó una sonrisa.

-Vale, no lloraré más por él.- Dije sonriendo.

-Así me gusta. Lo siento pero tengo que irme, mi madre está a punto de llegar a casa de hacer la compra, y tengo que ayudarla. Nos vemos esta tarde. -Me dió un abrazo y salió por la puerta de mi casa.

Eran ya las 14. Así que me hice la comida. Dos trozos de pechuga a la plancha y una ensalada.
Cuando terminé quedaba una hora para ir al centro comercial, así que me vestí.

Me puse unos vaqueros doblados por debajo, una blusa blanca, una chaqueta vaquera y mis vans negras. Cogí mis cosas, me subí a la moto y fui a por Elena.

Cuando llegamos al centro comercial, les conté a las chicas porque les había dicho de quedar. Ellas me miraron con tristeza.

-Vamos a hacer que esta tarde sea la mejor de tu vida. -Dijo Katia con bastante entusiasmo.

Entramos en todas las tiendas y acabamos con unas 6 bolsas en las manos cada una. Fuimos a Starbucks y merendamos. Cuando acabamos, entramos al cine y vimos Insurgente.

Se terminó la película y eran ya las nueve de la noche, así que fuimos al mc donald's a cenar.

Llevé a Elena a su casa y después fui a la mía.

Al llegar me envió otro mensaje la desconocida2.

Desconocida2:"Acabo de acostarme con tu novio. A no, que ya no es tu novio. Que para él sólo eras una apuesta. Sólo quería que supieras que ahora es mío, bueno, siempre ha sido mío. Que descanses, bonita;)"

Y otra vez empezé a llorar. Esto ya no puede ir a peor.

Buenas, otro capítulo más. Espero que os guste, un beso, Patri:)