Casandra, una mujer desafortunada que tuvo un pésimo día, su suerte se completa al caerle una maceta pesada en la cabeza, dándole un destino final a esa vida. Aún así, los azares del destino le preparan otro reto al reencarnar en la villana de una h...
Con un suspiro que casi se lleva su alma, deja de mirar el espejo de mano para lamentarse de haber despertado en este personaje. Temiendo a que esté en un tiempo donde Lilith había ya hecho su maldad contra la princesa y que pronto se la irían a llevar para ejecutarla. Pero por suerte, los recuerdos le llegan y ve que eso aún no ha pasado.
Ahora esta viviendo la primera etapa de su matrimonio arreglado. Donde apesar de lo recién que es, Lilith ya se ha encargado de hacer pasar malos ratos a Adam.
Nuevamente se sienta en la cama. Sé toma de la frente y piensa que es lo que debería hacer. Al sentir todo esto no puede ser un sueño. Sin embargo, al saber cómo acaba Lilith por su mal comportamiento, claramente no seguirá su rol o quizás, actuará un poco como ella para que no levantar sospechas.
Alguien toca la puerta y a los segundos después entra una sirvienta con una cesta para tratar a la condesa. Pero aquella criada se asusta al verla levantada y fuera de su cama.
— ¡Mi señora!... ¡No sabía que ya se había levantado!... ¡Perdoneme por no haber llegado antes!
Rápidamente le da una reverencia llena de súplicas.
— oye, oye... No pasa nada ¿Sí?... Apenas me acabo de levantar.
— ¿Ah?... ¿Acaso no me va a regañar por no estar cuando se levantará?
— ¿Que?... ¿Quién haría eso?
— usted.
Mirando con incredulidad, la nueva Lilith no le nace ser mala con los demás, dijo que trataría de ser como ella, pero no puede. Aún si sean sirvientes, para ella todo merecen ser tratado de buena forma, a excepción de su ex-esposo que fue un bastardo para ella por haberle engañado con otra mujer.
— cierto, pero... Ya no habrá más de esa actitud. Fue suficiente. Desde ahora, no seré la misma, Yvonne.
— dijo... Mi nombre.
— exacto... Ya no te insultare sin motivo alguno.
Yvonne era una señorita muy joven. Apenas tiene 14 años, y sirve a la condesa desde hace un mes. Para la Lilith original no era impedimento tratarla como un trapo sucio y reprocharla por hacer algunos trabajos mal. Por ello, la joven se siente tan extraña con ella, pero guarda cualquier comentario y piensa seguir su trabajo.
— Iré... A prepararle el baño. Con permiso.
Quedando sola nuevamente, Lilith piensa que seguir el rol de la villana no es tan fácil. Aunque su vida pasada no fue llena de colores y de alegría, no se sentía motivada a ser alguien de mal carácter. Al contrario, trataba de llevar todo positivamente, hasta que un día, todas las calamidades se le juntaron cayéndole así una maceta en la cabeza llegando a este lugar.
“ser Lilith Moncher será un poco complicado. Tendría que lidiar con los enemigos que ella se ha ganado, con los sirvientes que también la odian y sobretodo... Con el conde Adam”
Realmente el destino no está a favor de esta pobre alma. Pero que hará todo lo posible para mantener una vida equilibrada y lejos del prejuicios.
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Al salir de su recámara, Lilith escucha a los sirvientes susurrar. Siempre hablan lo mala que era y más con su esposo, el conde Adam, que es él que menos merece desprecio pues él solamente ha intentado acercarse a su esposa como un compañero pero ella lo rechazaba humillandolo al principio del matrimonio.
“Si el divorcio existirá entre nosotros, podría empezar por ahí. Sin embargo, no se puede. En la historia, los padres de Lilith y Adam los obligaron a firmar un acuerdo que el matrimonio tenía que ser de por vida, hasta que la muerte los separé. Aún así, trataré de no llamar tanto la atención. Adam debe conocer a la protagonista y así que él se enamoré de ella. Tal vez, el poder político de la princesa pueda anular el contrato matrimonial. Así, no tendría que morir para que haya un divorcio..."
Con un suspiro agotador, Lilith murmura.
— Aaah... Tener dos divorcio no deja buena impresión.
— mi señora... Ya el desayuno está listo— comentó Yvonne— y... Como siempre, el conde comerá en su habitación.
— ya veo. Yvonne, me gustaría comer en el jardín.
— si, señora.
« necesito pensar con aire fresco. Por lo visto, Adam no quiere nada con Lilith y eso es entendible. Yo trataré de no molestarlo. Quizás, él conozca más rápido a la protagonista si me voy de su lado por cualquier motivo. Tal vez, con la excusa de que quiero trabajar fuera de la capital podría funcionar»
En el camino al jardín. Lilith siente un repentino dolor de cabeza, pero piensa a qué se debe por haber despertado en un cuerpo extraño repentinamente. Que tomando un poco de su desayuno se le pasará.
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Mientras que nuestra nueva villana intenta buscar una solución a sus problemas. El protagonista y futuro héroe de la rosa apenas tocaba su desayuno.
La ama de llaves siempre estaba al servicios de él personalmente. Así que le pregunta si no le gustó el desayuno.
— no... No es eso.— respondió con un tono calmado y serio—... Es Lilith.
Con un resopló de asco, la ama de llaves le responde.
— esa mujer no debe ser motivo para empezar su día de ese ánimo. Realmente no entiendo como su padre accedió a un matrimonio tan complicado con esa mujer. Debería olvidarla y alejarse de ella. Es muy mala y siempre lo menos precia.
— eso ya no importa. Ahora soy su esposo y ella es mi responsabilidad. Créeme Florence, que más quisiera yo de separarme de ella, pero no puedo. Nuestro acuerdo es así... Mi matrimonio con ella es hasta que la muerte nos separe.
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