capitulo 25: Familia

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En la entrada de esta casa, el emperador de Tepez acompañado de dos guardias. Adam fue el primero en recibirlo, hace tiempo que no se veían, sin embargo, él lo sigue respetando a pesar de todo. Adam sabía que él vendría a la capital y que por eso aún no ha regresado al viñedo.

— padre... Bienvenido.— ofreció una leve inclinación.

El emperador era un hombre bien cuidado, representado con un bigote y cabellos castaño, ojos violetas y sin tantas arrugas a pesar de su edad, además, un rostro de poco amigos pero se daba a respetar.

— retírese, estoy con mi hijo, no hay ningún peligro— los guardias se marcharon. Ambos se encontraba en la sala de estar—... Adam. Veo, que estas mejor que antes, a pesar del problema con tu esposa.

— los reyes de Vasilia no quedaron impunes, recibirán una gran demanda que lo dejará mal con la otras naciones. Y la princesa, bueno, por lo que me he enterado es que ahora trabaja en una granja en la provincia de Liam... Sus padres cumplieron lo acordado de que no le daría la ayuda y la castigaron dándole que hacer allá.

— no le pasó nada grave a tu esposa ¿Verdad?

Aunque está preocupación que tenía el emperador era muy extraña para Adam, él le responde.

— afortunadamente no. Pude llegar a tiempo para rescatarla con la ayuda de la antigua reina...

El emperador podía sentir un poco la incomodidad de Adam. Tenía tiempo que no lo veía y la última vez fue cuando lo obligó a casarse. Y aunque no le ha ido mal, siente algo de culpa por haberlo alejado. Antes de que él pudiera hablar, Adam le comenta.

— aceptaré el cargo de sucesor al trono. Di mi palabra de tomar el cargo y lo haré. Supuse que vendrías así que nos iremos cuando digas, padre.

Emily y Víctor estaba escuchando a escondidas, la albina quería interrumpir para defender a su hermano, pero Víctor la tomó y tapo la boca. El emperador le responde.

— no... No será necesario.

Adam subió el rostro con una sorpresa. Pues su verdadero deseo era volver al viñedo a su vida tranquila y al lado de su Lilith.

— no podrías ser emperador aunque te obligara. Y no lo mencionó por tus capacidades, eres un hombre inteligente, muy estratega y capaz para dirigir una nación entera... Eso fue el resultado de una vida encerrado en sus estudios y prácticas. Pero ahora, comprendo que eres un hombre dedicado a su familia, a su esposa... No lo quería entender cuando te obligaba a hacer cosas que yo quería... Jamás te pregunté que era lo que tú deseabas...

— padre...

— hasta que tú mismo, decidiste enfrentarte a mi y decirme no. Que querías una vida plena y lejos de la monarquía. Cuando Florence me dijo que la condesa te maltrataba, quería creer que mi último error fue haberte casado con la hija de los condes. Hasta que veo lo equivocada que estaba ella... Me alegra saber que ella es lo que te motiva en la vida... Tanto, que decidiste sacrificar nuevamente tu libertad para salvarla... Por ello, te libero de cualquier cargo de heredero al trono. Ya no estás obligado a tomar mi lugar.

Adam no dejaba de verlo, sentía en él un sentimiento encontrado que nunca había sentido pero que si necesitaba oír desde hace años. Sin darse cuenta, unas lágrimas se derrama por su pómulos rosados.

— Adam... Disculpame por no haber sido el padre que merecías, la ausencia que le daba a ambos fue mi culpa. Por eso te pido que crees tu propia familia, con la mujer que amas y con la vida que deseas. También para tí, Emily... Que se que estás escuchando. Ya te vi.

Emily salió de su escondite al lado de Víctor. De inmediato, este colocó un rostro serio.

— ¿Quiénes es él?—... Distrayéndose con algo, él siente como Adam lo abraza de golpe.

— gracias por darme lo que realmente deseo...— él solo se dejó llevar por ese afecto paternal. Sentía un alivio en su pecho al poderse disculpar, no obstante, Adam le retracta algo—... Y no hay nada de que disculpar. Aunque tus enseñanzas era un poco estricta, me hicieron el hombre que soy y por el cuál, ella me ama... Así que gracias.

En ese momento, llega Lilith. Con una bandeja de té para su recién invitado.

— su majestad. Es un placer volverlo a ver. Le agradezco todo lo que hizo por mi en su intervención con la princesa.

— era un deber que tenía que quitarle. No podía permitir que la esposa de mi hijo fuera maltratada.

— ¿Quiere un poco de té?... Veo que ha tenido un viaje largo. Así que le invito a que se quede un poco más y comparte en familia.

Un poco apenado, este acepta la invitación y el té. Era la primera vez desde hace mucho tiempo que lo trataban dulcemente sin algún miedo. Sin embargo, Lilith, igualmente escuchó la confesión que él le dio a su hijo. Ella no interrumpió pues era necesario que tanto como padre e hijo por fin hablarán de ese tema.

Mas tarde, en la residencia, el emperador decidió quedarse por el día de hoy. Solo vino para aclararle a su hijo que podía volver a su vida normal y tranquila que tenía y que tanto amaba. Y claro, para verlo como estaba después de tanto tiempo.

Ya en la noche, cuando cada quien estaba en su habitación. Adam y Lilith yacían en la suya. Adam con una sonrisa pensaba sobre lo que su padre habló con él hoy. Así que le dice a su esposa.

— pronto nos iremos a la provincia de Sargos. Mi Lilith...— expresó él.

— me da más gusto saber que tu padre y tú quedaron en buenos acuerdos. Sé que tu deseo es volver al campo y conmigo... Por eso, iba a luchar con su majestad para que te dejará hacerlo, sin embargo, él mismo decidió darte nuevamente tu libertad...

— sí... Hasta también para Emily, pero la conozco, ella sería una gran soberana. Le gusta mucho la idea de ser la primera princesa sucesora de la familia, ella es capaz dirigir al imperio de Tepez ya que ama a su pueblo.

— aún así, no podrá hacerlo sola. Alguien debe ayudarla en eso. Y nosotros ya conocemos a la persona. Aunque tú padre no lo dejaba de ver con mala cara.

Con una pequeña sonrisa, él respondé.

— no te preocupes... Deja que mi padre conozca más a Víctor y le caerá bien. Ya lo verás. Además, Emily no lo dejará ir tan fácil, ella suele ser indirecta con sus sentimientos, pero se nota que lo quiere...

Desviando el tema. Adam le dice con toda sinceridad a Lilith.

— Mi Lilith... ¿Podemos... Podemos tener un hijo?

— ¿Eh?— preguntó un poco sorprendida.

Ellos siempre se cuidaban porque sentía que no era el momento de tener a su bebé, pues estaba comenzando el proyecto del viñedo. No obstante, ella le tomas la mano y le confiesa con una gran sonrisa.

— podemos tener todos lo que queramos. Nunca le faltará nada, tendrá amor de sus padres, educación, enseñanza y muchas cosas buenas para él o ella... Por eso, quisiera hacer una gran familia contigo.

Sonrojándose, Adam apretaba más la mano de ella, le cayó mas sorpresa para él que para Lilith.

— aunque claro... Hay que empezar por uno primero...

— p-por supuesto...— dijo un poco tímido. Que era de extrañar ya que Adam es todo menos tímido. Pero se comporta así por qué es la primera vez que planea algo así. Por eso pide—... Me gustaría empezar cuando regresemos al viñedo. Allá la tranquilidad ayudará mucho.

— está bien...— con una sonrisa aclara— no pararemos hasta que consigamos un bebé... Así que hay que guardar energía.

Ríe, pues le emocionaba la idea de tener un bebé con su amado esposo. Igualmente para Adam, le encantaba ver a su Lilith sonriente ante la noticia de que ya querían ser padres.

La Obsesión Del Conde ✓#PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora