VI.

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Cuando su mano se había posado sobre el picaporte para salir del departamento, su móvil comenzó a sonar.

—Dame un segundo. —le dijo a Izuku, pues reconocía el tono de llamada, se trataba de Eijirou.

Izuku suspiró un poco aliviado al dejar de sentir el contacto del Alfa, por alguna extraña razón el que lo tocará tan conscientemente lo había hecho sentir nervioso. Sentía el rostro caliente.

—¿Diga?

Lamento tener que importunar tu día libre pero tú papá solicita una videoconferencia contigo para tratar algunos temas sobre el informe mensual.

—Esa videoconferencia debía ser hasta la próxima semana.

Esta será una videoconferencia externa porque quiere que la próxima reunión de informe la lideres por tu cuenta. —dijo.

Katsuki se quedó estático.

Si bien era un Chaebol, el dejarlo a cargo de la nueva sucursal en Japón solo era una estrategia de su padre para mostrarle a la asociación de accionistas que es digno de llevar las riendas del conglomerado, y no exactamente por ser su hijo sino porque tenía la inteligencia y capacidades necesarias para hacerlo.

—¿A qué hora la programó?

Dentro de una hora. 

—Mierda.

No quería cancelar su salida con Izuku. Después de todo el motivo de ir de compras era conseguirle ropa nueva y una bufanda.

Anoche antes de dormir había buscando en internet cuál era la mejor prenda para realizar la impregnación de feromonas.

Si bien era más recomendado el contacto físico o dar las prendas que él usaba después de un día de trabajo para que el Omega pudiera hacer un «nido», decía ahí que una opción viable que usaban normalmente los «Alfas de apoyo» era una bufanda; pues está al ser colocada directamente alrededor de su cuello donde se encuentra su glándula Alfa, la impregnación de sus feromonas era más concentrada y podía persistir por casi siete horas completas de un día, además de contar con el 65% de efectividad al ser usado como método de apoyo para ayudar a mejorar a un Omega con una descompensación de feromonas, al menos de forma temporal.

Por eso denominaba su salida como “ir a hacer compras de emergencia”.

Porque sí bien Izuku ya tenía una, está tenía su aroma impregnado porque la usó ayer.

Pedírsela para hacer la primera impregnación no sería descabellado, tampoco creía que Izuku lo tomara a mal, al contrario pero temía por él ya que como su cuerpo se encontraba aún desintoxicandose de los Supresores, la reacción que podría tener al percibir el aroma de un Omega de esa forma tan «íntima», podría inducirle el ciclo de calor que ha retrasado por meses.

Sin embargo, cancelar una videoconferencia con su padre no era posible por dos razones; él no sabía que se había tomado días libres de la empresa y, aún cuando fuera su único hijo y heredero del conglomerado, estaba en un periodo de prueba en el que dejaría claro ante la junta de inversionistas que está más que listo para tomar el mando, y no solo por ser el hijo del dueño.

Se sentía entre la espada y la pared ahora que recordaba eso.

—¿Sucede algo, Katsuki-san? —preguntó Izuku al escucharlo maldecir.

Uh, ¿Ese es Izuku? —fue el turno de Eijirou para preguntar al escuchar la voz ajena.

—Sí, dame un segundo, Eiji. —dijo, despegando un poco el móvil de su oído. — Me acaba de surgir una reunión importante. Tendremos que retrasar un poco la salida para ir de compras pero definitivamente iremos en cuánto termine. —prometió.

Déjame estar a tu lado | KatsuDeku Donde viven las historias. Descúbrelo ahora