Katsuki bajo después de escuchar ruidos en la cocina.
Y en efecto, se trataba de Izuku, de nuevo.
Estaba acuclillado frente al frigorífico, hurgando a las tres de la mañana en busca de comida. Por esta razón Katsuki siempre intentaba mantener llena la despensa.
—¿Qué quieres comer hoy? — preguntó, encendiendo la luces e Izuku dió un respingo, poniéndose completamente rojo.
El Omega se veía tierno así, sonrojado.
A Katsuki le gustaba mucho poder verlo así.
—No es necesario, Katsuki-san, estaré bien con un sándwich de maní. Ve a dormir. — y como siempre, Izuku estaba avergonzado.
De nuevo despertaba a Katsuki, de nuevo seguía siendo una molestia para él.
Katsuki entorno los ojos.
—Como si tú y ese pequeño cinnamon creciendo en tu interior tuvieran suficiente con un sándwich de maní. — dijo. — Ven, siéntate en la isla y solo dime cuál es tu antojo está vez y mis grandiosas manos harán el resto.
Katsuki le tendió una mano a Izuku para ayudarle a ponerse de pie.
Izuku la aceptó.
Katsuki pudo ver su pequeña pancita, abultando un poco su camisa de dormir y se enterneció para sus adentros.
Decir que en más de una ocasión ha querido tocarla, sería poco.
Pero Izuku no era su Omega, ni ese cachorro era suyo.
Desafortunadamente.
Hacer un contacto así de íntimo podría dar paso a malas interpretaciones para el Omega en estado de vulnerabilidad, y él, bueno... No es como que no pudiera sostenerlas. Después de todo es un Alfa soltero de veintiocho años, con un empleo estable y bien remunerado pero...
Izuku seguía esperando a su Alfa.
Un Alfa que lo abandonó pero él, tal vez por su estado, se negaba a creerlo.
—¿Entonces...? — Katsuki dejo las palabras suspendidas en el aire mientras sentaba a Izuku en la isla para luego rodearla y tomar el delantal que guardaba en uno de los cajones de la encimera para ponérselo.
Izuku se removió nervioso en el taburete.
Desde que conoció a Katsuki su vida se basaba en una constante vergüenza y un profundo sentimiento de deuda.
Debido a una equivocación en la administración, terminó rentando el mismo departamento que el Alfa Bakugo Katsuki había comprado, y en un giro inesperado de ese suceso terminó siendo su rentero que ahora le cocinaba sus antojos de media madrugada.
—De-de verdad, un sándwich de maní estará...
—Izuku...
Conocía esa mirada.
Era la mirada que siempre le obligaba a decir la verdad.
—Katsudon. — termino por decir pero Katsuki no lucía sorprendido ni molesto por su laborioso antojo.
—Llevará algo de tiempo, ¿Quieres comer mientras tanto ese sándwich de maní? — inquirió, comenzando a sacar los utensilios.
Izuku asintió.
Sentía que se estaba aprovechando de la buena persona que es el Alfa frente a él.
Hacer que se desvelará para cumplir sus antojos, era más de lo que había recibido con Shindo; el padre de su cachorro que jamás regresaría a ellos.
Pero ese era un detalle que Katsuki no necesitaba saber.
No quería provocar más molestias de las que ya al admitir que era un Omega embarazado que ha sido abandonado, no. Le haría creer que su Alfa regresaría por él hasta su parto, ya que una vez nacido su cachorro, dejaría el departamento compartido y se iría a la casa de sus padres.
—Bien.
Katsuki procedió a prepararle algunos sandwiches de maní, de los cuales robo uno antes de comenzar a preparar el Katsudon.
Izuku los devoro con la misma rapidez con la que Katsuki picaba verduras y preparaba la carne.
Cerca de una hora más tarde, un tazón de Katsudon humeante se posó frente a él pero...
Tras solo aspirar el aroma, su estómago se revolvió lo suficiente para hacerlo levantarse de un brinco del taburete y obligarlo a correr al cuarto de baño más cercano para despedirse de los deliciosos sandwiches de maní a medio digerir.
Katsuki fue tras él.
Su cálida mano se posó en su espalda para darle suaves caricias mientras terminaba de devolver.
Izuku tiro de la cadena conforme su rostro se separó los suficiente del retrete y Katsuki le tendió un poco de papel higiénico para que se limpiara las comisuras de la boca.
—Lo siento, Katsuki-san.
Katsuki negó, comprensivo.
—Está bien, ve a tu habitación. Yo guardaré el Katsudon y te picaré algo de fruta. No es bueno que se vayan a dormir con el estómago vacío. — musitó.
Izuku asintió, de nuevo, poniéndose de pie con ayuda del Alfa.
Izuku obedeció y fue a su habitación a arroparse, sintiéndose el peor ser humano.
Había hecho que Katsuki se desvelará para prepararle algo que no iba a comer.
No era la primera vez que sucedía pero cada vez se sentía peor que en la anterior.
Suspiró, hundiéndose con cuidado entre las sábanas.
Minutos después Katsuki entró, llevando un plato con fruta picada en trocitos medianos junto a un vaso de jugo.
—Comelo y luego intenta dormir, tampoco es bueno que te desveles.
—Lo siento. — se disculpo de nuevo, reincorporandose para tomar los alimentos.
Katsuki negó, levantando una mano y pasearla por sus rebeldes rizos verdosos, alborotandolo.
Sus preciosos ojos granate mirándolo compasivo.
—Lo podremos comer más tarde, tranquilo. — dijo.
Este era uno de los momentos que más envidiaba, ¿Por qué Katsuki no podía ser su Alfa en lugar de la mierda de Shindo?
Pero bueno, eran solamente ensoñaciones suyas.
Porque no era lo suficientemente bueno para un Alfa.
Shindo se lo había dejado bien en claro el día que lo abandonó.
Y ahora con el cachorro de otro Alfa, era imposible que alguno se fijará en él, o eso creía.
Intento dos de tener una cuenta en Wattpad solo por las personitas que aún se manejan aquí para leer Fics.Aunque aquí solo subiré los Soft, solo para comprobar algo.
🔺 Créditos del FanArt: @Solato310 on Twitter (no pongo link porque la cuenta es privada)
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Déjame estar a tu lado | KatsuDeku
Romance¿Qué sucede cuando el Alfa al que amas te abandona tras saber que estás en espera de su primer cachorro? Bueno, talvez una bendición del cielo, por ejemplo; que conozcas a un mejor Alfa que además de enamorarse de ti a primera vista, también quiere...