Tomó el día para descansar. Durmió tarde y despertó tardísimo. Tuvo mucha suerte que Thiago le gustaba ser independiente y logró alcanzar su desayuno de esas altas repisas. Así que solo despertó para lavar algunas cosas y pasar el día jugando en el patio con ellos. Al menos tenía la mente en otra cosa que no fuera su embarazo.
¿Cuántos meses podía llevar? No recordaba desde cuando comenzó todo y eso era lo peor. Seguramente ya debería tener un seguimiento y por su cobardía podía dañar a su bebé. ¿Pero con qué rostro podría ir a la clínica y hablar acerca de algo que aún le causaba mucha confusión? Incluso se había acobardado cuando estuvo apunto de confesarlo ante el padre de su hijo por llamada. No podría callarse para siempre, obviamente se tendría que saber tarde o temprano, pero aún no estaba preparado...
Salió con sus hijos. Quizá para tomar un poco de aire e ignorar que en su casa solo pensaba en cómo podría confesar su embarazo. Su cabeza estaba nublada y se movía en automático. Tenía a Mateo de la mano mientras Thiago veía todos los escaparates y sonreía por esos juguetes nuevos. Al menos ellos estaban tranquilos. Camino un poco más hasta que sus ojos se chocaron con la única persona que veía día a día, sin contar a su esposo. Sergio le sonrió y se paró en cuanto estuvieron cerca.
—Te extrañamos en la salida de ayer.
—No, seguro que no. —Ambos rieron— ¿Todo bien?
—Si, todo estuvo bien. ¿Qué haces solo? ¿Tú alfa?
—Guille salió hace unos días. Pensé que te lo había dicho. —Lo vio negar con la cabeza— Y ahora estoy solo con los chicos. No tuve ganas de cocinar algo y los llevaré a comer.
—Entiendo... —Miro a sus lados, cerciorándose de que no estuviera mucha gente a su alrededor— Disculpa por la pregunta, pero... ¿Necesitas algo para ocultar tu olor? Creo que tengo algo por aquí-
—¿Qué? —Respondió confundido.
—Tu aroma es muy dulce. ¿Estas en calor? Debes ocultar tu aroma o algún alfa podría hacerte daño.
—Dios... —Cubrió sus labios con su mano— Pase todo el día en casa que ni lo noté.
Sin decir algo más, sacó una botella de spray de su gran maleta deportiva, el cual agitó y roció sobre él una cantidad razonable. Eso sería suficiente para que ningún otro alfa lo rodee. Quizá tendría un olor espantoso a medicina, pero era mejor a que tener que escoltarlo hasta su casa.
—Deberías ir a casa. Toma bloqueadores o... no lo sé.
—Iré a casa. No estuve pensando en el olor. Perdón.
—Te acompañaré hasta tu auto. No quiero que alguien se te acerque.
Salieron de ese mall. Caminaron hasta ese estacionamiento donde lo ayudó a subir a los cachorros al auto y asegurar sus asientos. Tuvo suerte de encontrarse con él en ese instante porque, a pesar de que Francia se definiera un lugar seguro, los omegas no tenían mucha vista en la justicia.
—Ve directo a casa. Llama si necesitas ayuda.
—Bien, gracias Sergio.
Retrocedió unos pasos para que Lionel pudiera tener una visión de su camino, pero por una de esas ventanas pudo ver a su hijo mayor, pegado a la luna— ¡Adiós tío! —Ahora parecía que ese pequeño cachorro ya había elegido un nombre para él. Lo despidió sacudiendo su mano y él hizo lo mismo.
Claro. Se le había escapado de la cabeza que su aroma sería más dulce, más fuerte e imposible de limitar. En su primer embarazo no salió de casa sin Guille, porque podía cuidarlo y marcar sus feromonas a él. Pudo poner en peligro a si mismo y a sus hijos. Quizá solo debía esperar a que su alfa regresara y contarle lo que pasaba. Estaba seguro que estaría feliz de tener un miembro más en la familia ¿Cierto?
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¿Qué hora son, mi corazón? - T2
Fanfiction[Memo Ochoa x Lionel Messi] La vida era muy buena. Había conseguido paz después de un año donde nadie descanso hasta que su mejor amigo salió del hospital. Aun qué ahora sabia el papel de muchas personas que fueron importantes en su vida, su entrena...