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"Mi amor, puedes pasar por los niños hoy? Tengo algo importante que hacer y me temo que no podré ir por ellos"

Leyó ese mensaje cuando estaba en medio de su entrenamiento. Guille sabía que estaba entrenando y que ellos no tenían el contacto de ninguna niñera. Pensaba mientras seguía sentado en los vestidores, pero solo le quedaba pedir un permiso para salir un poco antes.

—Entrenador.

Lo sorprendió de espaldas, sacándole un susto. Tenía suerte que ese hombre hablara al menos un poco de español.

—Oh, Messi... un susto. —Rio para congeniar con él— ¿Qué pasó?

—Como usted sabe, soy madre de dos cachorros y ellos actualmente van a la escuela. Mi alfa no podrá pasar por ellos y me pidió que lo hiciera. Solo quería pedirle permiso para salir un poco antes. Recuperaré el tiempo mañana.

—¿Cuántos años son... tus hijos?

—Thiago tiene 5 años y Matheo 3 años.

—¿Pueden estar quietos?

—No entiendo...

—Digo, puedes traerlos y dejarlos en bancas. Completas tu entrenamiento y no debes horas.

Aún que su español fuera muy corto y quizá mal dicho, pudo entender su idea. Claro que era una fascinante idea. Acepto y le dijo que tendría que ausentarse unos minutos para traerlos.

Tuvo en cuenta la hora mientras seguía ese entrenamiento rutinario. Hoy fue un mejor día. Le tocó Sergio como compañero. Hablaron mientras hacía su trabajo. Corto todo cuando la hora estaba próxima a que sus hijos salieran. Se retiró un momento y pasó por ellos. Thiago ya lo esperaba en una banca, junto a Mateo, quien parecía comer lo que Guille le había para que comiera. Alzo la mano, llamándolos y ambos fueron corrieron.

—¡Mami! —Mateo abrazó su pierna, aún saltando de ver a su mamá inesperadamente.

—Mamá, ¿Por qué viniste? Papá solía venir por nosotros.

—Papá está ocupado por ahora. Vine yo por ustedes. Vengan, vendrán conmigo al laburo.

—¡¿Con vos?! —Preguntó sin creerlo.

—Si, si. Vámonos. No puedo estar afuera por tanto tiempo.

Fueron hasta el auto y subieron. Condujo hasta el lugar de sus prácticas y salieron del auto. Nunca pensó llevar a sus hijos hasta la cancha, aún que lo había hecho una vez con Thiago, pero ¿Cuántos años tuvo Thiago en ese entonces? ¿2 años?

—Ahora, ustedes me esperarán aquí sentaditos hasta que mamá termine de trabajar ¿Bien? No se levanten, no corran y no le hagan caso a nadie más que a Mamá. —Sacó su celular de su bolsillo para dárselo a su hijo mayor— Si quieren ver videos, háganlo con el celular de Mamá. ¿Todo bien?

—¿Cuánto tendremos que esperar?

—Unos minutos más. Será pronto. Cuando terminemos, iremos a comer algo rico. —Sus hijos se alegraron, sonriendo y casi gritando— Pero... no le dirán a papá ¿Cierto?

—Es una secreto entre los tres ¿Verdad, Mateo?

—Si, no diremos nada.

Gracias a la distancia que estaba, podía verlos bien. Hacían caso y estaban tranquilos, sentados, viendo algo en el teléfono mientras hablaban entre ellos. Sus compañeros se dieron cuenta de la presencia de esos niños y tiraban algunas miradas para saber quienes eran.

—¿Son tuyos?

Detrás de él vino Sergio, aún trotando desde el otro extremo— Si, mis hijos.

—Uno se parece mucho a ti.

¿Qué hora son, mi corazón? - T2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora