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Salió de la oficina donde había discutido con el director en jefe. Le explicó que debia pedir el permiso por maternidad, justo el día en que contaban con él para jugar. Fue lamentable ver la decepción en su rostro, pero era lo mejor para él y su bebé. Encontró a su alfa esperándolo y se unió a él en camino hasta el auto. Sabía que lo hizo bien, pero le apenaba tanto no correr hasta la cancha, la cual no estaba nada lejos.

—Toma.

Le extendió la hoja de papel. Ahora estaba sentado sobre el asiento del copiloto, con el papel que había limitado sus derechos como humano. Lo leyó por segunda vez, entendiendo las mismas palabras que había leído hace tiempo atrás. Odiaba esas oraciones con todo su corazón. Doblo el papel y lo rompió en pedazos. Incluso sentia que debía quemarlo.

—Nunca vuelvas a hacerlo.

—No me diste otra opción.

—No comiences de nuevo.

—Bien... —Suspiró— ¿Quieres contarme dónde fuiste ayer?

—Fui a casa de Neymar. No tengo a nadie más en este puto país.

—No había pensando en él. Estuve pensando en donde podías estar. No respondiste ninguna llamada y estaba preocupado.

—No me pasó nada. Solo dormí.

—Como no sabía dónde estabas, llamé a Kun.

—Guille, no me digas que le contaste sobre el embarazo.

—Lo lamento, pero no sabía dónde podías estar y él merecía saber porque estaba preocupado. Además ¿Por qué deberíamos seguir ocultándolo?

—Quería decírselo en persona... y aún tengo miedo. Sé que han pasado los meses suficientes como para no preocuparme por un aborto, pero... sigo teniendo miedo a que-

—Tranquilo, mi amor. Eso no pasará. 

Quizá era muy pronto para hablar como lo hacían antes. Su camino en silencio terminó hasta que llegaron a casa. Suponía que los niños ya no estaban en casa y era lo mejor por ahora. Ingresó y tomó asiento en la sala de su casa. Era necesario volver, más cuando todo ese estrés había caído en su cadera.

—¿Cuándo piensas contarle a tu familia sobre tu embarazo?

—¿A mi familia? —Preguntó con incredulidad— Solo a mi papá le interesaría. Imagínate que se lo cuento a mi vieja y esa garca es capaz de vender al nene.

—¿Al nene? ¿Ya sabes que es el bebé?

—No, y prefiero no saberlo. Quiero saberlo cuando llegue, como lo hicimos con Mati y Thiago.

—Sinceramente me gustaría tener una niña.

—Veremos si esta vez tenemos una niña.

—Ya deberíamos comprar las cosas para el bebé. Después de la mudanza, perdimos muchas cosas que usamos cuando nuestros hijos eran pequeños. No pensábamos tener uno más.

—Tenemos 5 meses para hacerlo.

—Solo que... tengo mucha ilusión en ver las cosas para nuestro bebé.

A él también le causaba mucha ilusión. No paraba de pensar en cómo ese bebé llegaría pronto, en cuestión de poco tiempo. Debía ser optimista. Después de unos meses recibiría un bebé, luego podría volver a lo que le gustaba mucho. Todo estaba bien y debía transmitírselo a su nuevo bebé.

Esperaba que fuera niña. Sería un lindo detalle para su alfa.





Tuvo el tiempo suficiente para tomar su almuerzo y volver al estadio. El tiempo le quedaba corto, pero llegaba justo a tiempo. Entro a los vestidores, casi corriendo, para cambiar su ropa a su uniforme. Aún sus compañeros estaban ahí, pero no estaba Messi. Pero ¿De qué importaba? Si igualmente no jugaría.

¿Qué hora son, mi corazón? - T2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora