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Su esposo se había ido hace dos días a Mexico. Solo debía esperarlo unos días más y volvería a casa. Mientras, solo debía ocuparse de su familia y tratar de convencer al pequeño bebé que no naciera mientras papá estaba afuera del país.

Tenía su mirada en la televisión, viendo esos canales deportivos y esas repeticiones de los juegos de fútbol. Mierda, como envidiaba a cada uno de ellos. No podía soportarlo más, quería volver a jugar lo más pronto posible. Ahora cambiaba de opinión. Ahora le rogaba a su bebé que naciera lo antes posible.

A su lado tenía su teléfono, siempre cerca por si necesitaba llamar a Guille o viceversa. Escucho un tono de un mensaje entrante y lo reviso. Era un número que no tenía agregado y era desde México.

"Hola Lionel. No me conoces, pero debo decirte algo"

Algo no hacía sentido. Se reincorporó en el sofá para tener mayor atención en el mensaje. "¿Quién sos?"

"Solo puedo decirte que soy amigo de tu alfa. Para probarlo, puedo decirte que estuve en la reunión de Paris."

"Bien ¿Qué pasa?"

"Soy amigo de Memo, pero existen códigos. Solo quería decirte lo que vi"

Eso sonaba un poco escalofriante. Realmente no quería pensar mal.

"Creo que sabes quién es Andrés, su ex-novio."

"Si, sé quién es. ¿Tiene algo que ver con él?"

"En la reunión de Paris, un amigo mío lo invitó. Nadie sabía que vendría, pero, según mi amigo, él lo necesitaba. Bueno, Memo se despidió muy temprano y junto a él salió ese chico. Solo vi que hablaron un poco y compartieron un abrazo. No pude ver más porque ellos salieron y no volvieron."

Creía que no podía respirar. Su garganta se cerró y esas ansias de llorar subían toda su espalda. Ya no sentia esos dolores por su embarazo, solo podía sentir ese dolor por detrás de su cabeza. No podía creerlo, quería confiar tan ciegamente en su alfa.

"Eso no fue lo único que vi. Volví hace un día a México y me encontré con Memo. Solo puedo decirte que ellos están hablando, presencialmente. Los veo muy felices. No me atrevo a preguntarle a Memo acerca de qué pasa, pero pensé que necesitaba decírtelo. Incluso... sospecho mucho porque Andrés acaba de salir de una relación."

¿Por qué? ¿Por qué esto estaba sucediendo en las últimas semanas de su embarazo? No podía quedarse en la sala a llorar o alguno de sus hijos podía oírlo. Agarró su pena y se escondió en la habitación matrimonial, tomando un descanso en el filo de esa cama.

"No sé qué pensar, Lionel. Pensé que debía decírtelo porque estás esperando a su hijo y, si es verdad lo que sospecho, no mereces pasar esto sin saberlo."

Claro, pero saberlo en medio de su embarazo era una de las peores cosas. No soporto guardar sus quejidos en su garganta y sus lágrimas desbordaron. No podía más, no podía con ese sentimiento. ¿Guille realmente le había sido infiel? ¿Por qué ahora? ¿Por qué justo ahora?

Pensó, cada detalle de su separación vino a su mente y en especial cuando en el cumpleaños de Mateo, Andrés vino. Ese maldito omega sabe lo que hace y cuánto daño le hace. Él sabía que le estaba haciendo daño, y en especial cuando estaba en un embarazo de riesgo. Claro... él también fue un estúpido por haber confiado en Guille. Su relación con Andrés fue casi perfecta, incluso sus hijos estuvieron muy cerca de llamarlo a él "madre". ¿Cómo no pudo saber que esto tarde o temprano sucedería?

No sabía en dónde encontrar consuelo. Solo podía pensar en el padre de sus hijos, pero era un chiste. Estaba arruinado en lágrimas. La comisura de sus ojos dolían y sus mejillas estaban más que rosas. Ni siquiera podía encontrar paz para acostarse en cama y dormir. Con el pecho saltando, buscó en sus contactos hasta encontrar a la otra persona en quien más podía confiar.

¿Qué hora son, mi corazón? - T2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora