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Esto sucedía una y otra vez: tú y Theo peleaban, luego se separaban durante una semana y volvían a estar juntos. Esta vez, la separación duró dos semanas, la más larga que haya existido; tal vez realmente terminó. Sabías que era terco y se tomaba unos días para sí mismo antes de enviarte mensajes de texto o encontrarse en algún lugar, pero no tardaba tanto.
Esperaste a que te enviara un mensaje de texto y, por supuesto, pudiste haberlo enviado primero, pero lo estabas pensando demasiado. ¿Por qué enviar un mensaje de texto si realmente había terminado? No sabías cómo sentirte; te sentías como cualquier otra vez, con la voz en el fondo de tu cabeza que decía: "volverás a estar juntos mañana". Pero ahora tenías una sensación diferente en tu interior.
En el camino hacia tus clases, te encontraste con sus compañeros de dormitorio; te saludaron como de costumbre, agrandando tu confusión. Luna y Cho te dijeron que tal vez esto fuera mejor, que no estarías bajo el estrés de la pelea cada semana, permitiéndote concentrarte en tus estudios y trabajos sin distracciones.
Era el comienzo de un nuevo semestre; los exámenes transcurrieron sin causar demasiado estrés. Te preguntaste si la reciente pelea con Theo estaba relacionada con estos, pero terminó aprobando sin dificultad. Pero, intentabas comprender las razones detrás de la pelea.
Era fin de semana, por fin tenías tiempo libre. Caminaste hacia tu dormitorio y saludaste a las personas que deambulaban en los pasillos. Luna se había ido a casa para visitar a su padre, así que tenías el dormitorio completamente para ti.
Abriste la puerta y la empujaste, te quitaste los zapatos, colgaste el bolso y el abrigo en el perchero de la puerta. Cuando te volteaste, te encontraste con Theo sentado en tu cama. Las luces de cadena aún estaban encendidas; no las apagaste al salir para tu última clase.
"Hola", murmuraste, nerviosa de que fuera él quien se despidiera. "¿Cómo llegaste aquí?", preguntaste.
"Luna me dejó entrar antes de irse, necesitaba hablar contigo", dijo. Pudiste ver las flores que había comprado en tu mesa de noche. Siempre las presentaba de una manera encantadora con papel marrón, encaje y cintas que las unían. Asentiste y te acercaste a él.
Theo tomó tus manos entre las suyas y su pulgar frotó tu piel suavemente.
"Lamento no haberme comunicado contigo, solo estaba tratando de resolver todo esto porque realmente quiero que funcione y no sé qué nos ha estado pasando últimamente, pero sé que no es saludable. Padma me dio algunos consejos y realmente creo que podrían ayudarnos", dijo Theo. Asentiste y te sentaste a su lado, todavía tomados de la mano.
