info: Quién hubiera pensado que una Hufflepuff sería condenada como asesina y la razón por la que un Mortífago escapó de su transporte a Azkaban. Obviamente, nadie, especialmente la condenada misma, Amari Starling, mientras intenta probar su inocencia.
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"No, ¡déjenme ir, por favor! ¡No fui yo, lo juro!"
"Silencio", retumbó el Ministro de Magia al golpear su mazo contra el bloque de sonido, haciendo que toda la sala quedara en silencio.
Jadeaba, con el cabello pegado a la frente por el sudor, mientras luchaba por liberarme de la jaula que me mantenía cautiva en el centro del tribunal. ¿Cómo pudo pasar esto? ¡No soy la que liberó al Mortífago!
"Por favor", supliqué mientras mi voz se quebraba y las lágrimas caían de mis ojos.
El Ministro me miró con desdén desde su alto asiento, con las cejas grises fruncidas contra su piel bronceada. "Ya te dije, silencio", dijo con voz firme.
"Ahora, antes de pedir el veredicto final al jurado, ¿tienes alguna última palabra para tratar de convencernos de tu inocencia, Srta. Starling?"
Mis labios temblaban mientras agarraba los barrotes oxidados de mi prisión improvisada con ambas manos. Traté de estabilizar mi voz mientras ahogaba un sollozo, "Soy inocente, lo juro. ¡Nunca liberé al Mortífago, ni siquiera había oído hablar de él! ¡Tienen que creerme!" Mi voz se quebró, pero seguí adelante.
"Por favor, Ministro, ¿cómo podría haber detenido el transporte y matado a varios guardias? ¡No tengo conexión con los Mortífagos, ni un historial pasado de violencia! ¡Soy de Hufflepuff, por amor al cielo!" Comencé a sollozar y jadear, tratando de pensar en otras formas de probar mi inocencia.
El Ministro resopló y miró un papel, "Hufflepuff o no, no estás más protegida del mal que el resto de nosotros. Y durante nuestra investigación, descubrimos que en realidad eres amiga de más Slytherins que de cualquier otra casa. ¿Quién sabe si te has convertido en sirvienta del Señor Oscuro mientras conversabas con tus... amigos? Además, si eres tan inocente, ¿cómo explicas no tener coartada para la noche del ataque, ser encontrada en la casa de botes sin testigos, oro por el amor de Dios escondido bajo el piso de tu cama, y la memoria del guardia restante que sobrevivió mostrándote perfectamente como la que atacó el transporte?" gritó al final mientras se ponía de pie para inclinarse sobre su escritorio y mirarme directamente a los ojos.
El jurado comenzó a murmurar, y luché por encontrar las palabras para responder a sus preguntas. Mis ojos escudriñaron la habitación en busca de alguien familiar, alguien que pudiera creerme y convencer a los demás de que no soy una asesina; pero no encontré a nadie. Por supuesto, no permitirían que ningún estudiante de Hogwarts entrara a mirar, pero aún así, lo menos que podrían hacer era asegurarse de que tuviera a alguien de mi lado en la sala de mi condena.
