pairing: Lectora Ravenclaw y algo despistada pero talentosa x el famoso mujeriego de Slytherin, Theodore Nott.
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"¿Cuánto bebiste anoche?" Cho hizo una mueca mientras te sujetaba el pelo mientras otra ronda de vómito salía de ti y caía al inodoro. Sentías la cabeza latir mientras te sentabas en el suelo del baño tratando de calmarte. Despertar con resaca y en tu período podría ser la peor combinación conocida por el hombre, o realmente, por las mujeres. Por suerte, hoy no había clases.
"Demasiado", respiraste, asegurándote de que no hubiera nada más saliendo.
"Vamos, necesitamos ir a desayunar, necesitas comer algo", intentó ayudarte a levantarte mientras te aferrabas al lavabo para no caerte.
No estabas lista para salir en público así. El cabello revuelto, retazos del maquillaje de anoche en forma de máscara emborronada en tu mejilla y un millón de cuchillos apuñalando tu útero. Definitivamente no era una vista bonita. Además, no querías ver a ninguno de los chicos después de anoche, por si habías hecho algo vergonzoso mientras estabas fuera de ti.
"No quiero ir", gimió mientras te dejabas caer en la cama y te acurrucabas en posición fetal.
"Tienes que comer algo, Aileen", Cho habló suavemente mientras pasaba los dedos por tu cabello, tratando de alisarlo.
"Comeré más tarde", gruñiste cerrando los ojos, el período ya te estaba cansando.
"Volveré", dijo Cho mientras salía de la habitación, pero estabas demasiado cansada para decir algo mientras te deslizabas hacia el mundo de los sueños.
Un toque extranjero en su pecho hizo que Theo se despertara confundido.
¿Qué demonios?
Parpadeó varias veces, permitiendo que su visión se aclarara.
Al ver a la rubia falsa de anoche, gimió.
"¿Por qué sigues aquí?" Murmuró, apartando su mano de él mientras se alejaba más de ella.
"¿Qué quieres decir, cariño? No tenemos clases hoy, tonto", respondió Hannah mientras se sentaba, aún desnuda de las actividades nocturnas.
"Claro, así que lo último que quiero en un día libre es ver tu cara. Sal de aquí", murmuró Theo, esperando que se fuera para poder dormir un poco más.
"Theo, cariño, no seas tan grosero", dijo ella, extendiendo la mano hacia él nuevamente, lo que hizo que Theo se sentara de mal humor.
"Ya sabes cómo es, se suponía que te habías ido antes de que me despertara siquiera", ignoró la desagradable sensación de que ella le llamara nombres cursis.
