- no te veo muy seguro de que solo quieras ser su amigo...
- realmente no se que quiero.
.....
- él me gusta, pero dudo que él sienta lo mismo que yo, así que solo me queda conformarme con una amistad.
- Blair, el también lo siente. Pero es un pende...
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Un aplauso para mí por favor.
Y también un premio a la pendeja más grande de la historia.
Paso un problema sumamente gigante, a esta señorita estúpida, pendeja, ciega, imbécil, como lo quieran llamar. Se le ocurrió darle una segunda oportunidad a Matías y mejor vean ustedes mismos lo que pasó.
Flashback.
Quise invitar a Matías un rato a mi casa para hablar y comer alguito ahí, pues para no se, volver a la amistad de antes.
(Tremendo error)
Estábamos hablando y comiendo unos taquitos que había preparado yo para comer, de un momento a otro Xavi entro al patio tracero que era en dónde estábamos, vio a Matías pero no le tomo importancia y se sentó al lado mío. Pero lo que me mato, fue la forma en la cual me saludo, llegó y antes de sentarse, me tomo del mentón y me besó profundamente.
Este wey está celoso y nadie me lo puede negar.
Ahora el ambiente estaba tenso, Xavi no paraba de darme besitos en la mejilla o cuello, como si estuviera marcando territorio. Lo peor? Seguimos siendo amigos...
De pronto un teléfono sonó y resultó ser el de Xavi, así que él se alejo un poco para contestar y en ese momento, Matías aprovecho para acercarse más a mi, cuando pude reaccionar, ya que todo fue extremadamente rápido, Matías ya me estaba besando y yo estaba sentada en su regazo, intente bajar pero era técnicamente imposible, me tenía muy bien sujetada y no me quería soltar.
— Matías suéltame — dije haciendo fuerza, pero era inútil.
— no preciosa, si no eres mía no eres de nadie — dijo él susurrando en mi oído con su voz súper ronca.
— MATIAS SUÉLTAME!! NO SOY NINGUN OBJETO CON EL CUAL PUEDES JUGAR!! — grité desesperada porque él ya me soltase.
— no linda, y si sigues haciendo fuerza tendrás un castigo muy duro que te aseguro que no te gustará, así que quedate quieta si? — él se paró del sofá en el que estábamos sentados y comenzó a caminar para fuera de la casa, llegando así a su coche — Te vas conmigo y es más, nunca vas a regresar, serás mía para siempre — me miró sonriendo maliciosamente.
Aproveche un momento en él se distrajo y su agarre ya no era tan fuerte y me logré soltar de su agarre. Corri lo más rápido que pude hacía dentro de la casa, pero las personas faltas de hierro me entenderán...
