- no te veo muy seguro de que solo quieras ser su amigo...
- realmente no se que quiero.
.....
- él me gusta, pero dudo que él sienta lo mismo que yo, así que solo me queda conformarme con una amistad.
- Blair, el también lo siente. Pero es un pende...
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Todo va de maravilla..
En unas cuantas horas vendrán por mi a este infierno, logré hacer que Matías estuviera completamente cegado, él no sospecha nada, más bien piensa que si estoy enamorada de él.
A decir verdad esto no me gusta mucho, pues tener que besar y tener relaciones sexuales con él es muy horrible.
Pero lo hago por mi bien, ahora él esta más atento a mi, después de la charla que le di la vez pasada, dijo que no me volvería a hacer pasar hambre, como quiera ya hoy me voy de aquí, a bueno, se me olvidaba. Me compro ropa, que claramente me voy a llevar, que esperaban? Que la iba a dejar ahí? Pues no mi ciela, eso se va conmigo.
Ahorita mismo, estoy acostada en una cama aún más grande que en la que estaba desde un principio, Matías me llevo a dormir a su cuarto y tiene una cama matrimonial, no lo juzgo porque yo también.
Llevo ya, 4 días aquí, o sea dos más desde la vez que le conté que me secuestraron. Pero ya hoy es mi último día, los policías ya lograron encontrarme, el plan es simple, yo y Matías vamos a estar en el living, de pronto tocan la puerta, voy yo a abrirla y me salgo, después entran los policías y se llevan a Matías, fácil.
— preciosa, tengo ganas de hacer algo, estoy aburrido — dijo el susurrando en mi oído con su voz toda ronca.
Ay no, ya se que es lo que quiere.
— así? Y que quieres hacer? — me hice la pendeja.
— no se, tengo ganas de como que me montes — dijo él en tono seductor.
A chinga, ya es caballo el pendejo. No mentira, si se a que se refiere.
— mat estoy cansada — me excuse.
— yo te ayudo mi amor, por eso no hay problema — dijo él mientras acariciaba cada parte de mi cuerpo y dejaba un camino de besos que iba de mi mandíbula a mi cuello.
— mat — jadee — por favor no — intente empujarlo, mas no me era posible.
— ahora que pasa? — preguntó él mirándome serio.
— me duele, llevamos tres días seguidos con lo mismo, déjame descansar por favor — pedí haciendo ojitos.
— está bien, pero entonces que hacemos? — preguntó él.
Decidí poner ya en marcha el plan.
— sabes, tengo hambre y ganas de cocinar, te parece si cocinamos algo y después vemos alguna película o serie? — propuse.
