Amante de todas (DC)

Capítulo 12: En Primera Plana

Los personajes pertenecen a DC Comics, solo me pertenece el OC.

Afrodita estaba atada en su propio trono.

Un nuevo trono, que su esposo le había construido, por órdenes de su madre: Hera, atando a Afrodita con cadenas de Bronce Olímpico y Oro Imperial.

—Daniel: —dijo Zeus, sintiendo un enorme dolor de cabeza, al escuchar toda la explicación de Afrodita —Todas tus amantes hasta ahora y las que vendrán o son Metahumanas o son Semidiosas, pero ninguna es totalmente humana. Ni una sola lo es.

Las amantes del adolescente, lo veían, mientras él se levantaba de donde estaba sentado en posición de meditación y se giraba hacia ellas. —Según me han informado: La razón por la cual Batichica y Harley tienen sus... nuevos amigos, es porque ambas son Metahumanas, pero al ser poderes de tipo potenciador y solo influir en su fuerza y agilidad, entonces nunca antes se habían percatado de estas. —dijo Daniel y, para sorpresa de todas, la pelirroja y la rubia, solo asintieron, como aceptando esto en sus vidas.

— ¿Y nosotras? —Preguntó Artemisa, refiriéndose a sí misma, a Cupido, a Barbara y a Harleen.

Daniel masajeó sus sienes, mientras buscaba las palabras, para explicar esto.—Es un tipo extraño de habilidad, es de apoyo, más que ser... algún tipo de súper velocidad o algo que destaque, como el vuelo súper sonico. —explicó Daniel, sin percatarse de que Artemisa y Diana, ya pensaban en Laurel Lance A.K.A Black Canary, usuaria del Grito Sónico —En otro universo, también con súper poderes, a lo que ambas tienen, se le llama "Gen X" y a quienes lo padecen, de les llama "Mutantes". Sus (entre muchisimas comillas) mutaciones tienen que ver con la Puntería perfecta y una forma menor de visión telescópica. Si fueran humanas, jamás hubieran padecido de esto, pero sus poderes han pasado desapercibidos, hasta ahora. —Las cuatro comenzaron a reírse y Daniel solo se cruzó de brazos, comprendiendo el porqué de su risa.

Les divertía saber que podrían seguir a su lado, haciéndole el amor, sin preocupaciones y con el permiso expreso de los dioses.

Casi como adquirir un permiso expreso del padre de tu novio o novia, para poder tener sexo. Así que solo seguirían adelante con sus actividades, sin preocupaciones.

Ser periodista, no es un trabajo fácil. Tu vida corre múltiples peligros en esta vocación, todos los días de la semana.

Puedes sufrir agresión verbal, físicas, amenazas de todo tipo y/o acoso judicial.

Y si vivías en Metrópolis, entonces las posibilidades de que Lex Luthor estuviera atacando su propia ciudad, en busca de destruir a Superman, con un arma de rango 12, eran aún mayores y corrías muchísimo más peligro.

Su mejor amigo (Superman), acababa de detener la explosión de algún tipo de bomba, que era transportada por un camión blindado, que incluso si no llevaba el logotipo de Lex Corp., era fácilmente reconocible, como suyo. Y mientras que Superman abría las puertas traseras; Lois Lane y Jimmy Olsen, estaban transmitiendo la nota periodística.

Jimmy filmándolo todo y Lois comunicando con el micrófono.

En el interior, había una esfera metálica, que liberaba un débil resplandor rosado. — ¡ESTA COSA ES RADIOACTIVA! —Gritó Superman, mientras lo agarraba y las personas, se alejaban del camión, al escuchar de sus propiedades nocivas.

Rápidamente, la noticia, respecto a lo que contenía el camión, fue llevado a los medios y doctores comenzaron a dar indicaciones, sobre qué hacer, en caso de haber sido infectados o si creían que lo habían sido.

Durante la noche, la cosa para Lois Lane, solo empeoró, teniendo sudores fríos, demasiado recurrentes y de muy larga duración, mientras que la radiación la dotada de superpoderes.

Lois despertó a eso de las 3:00am, descubriéndose bañada en sudor y teniendo demasiado calor. Se levantó de su cama, asqueada al ver la sabana, las ropas de cama y la Pijama bañadas en sí propio sudor.
Sintiéndose asquerosa, comenzó a desnudarte, mientras se dirigía al baño, para darse una ducha.

Estuvo a punto de lanzar un grito de horror, al ver algo que NO debería de estar allí.
La puerta del baño se abrió: Era Power-Girl, quién le tapó la boca, con su mano enguantada.

Karen Starr, tampoco habló, sobre el porqué de su presencia allí. Solo se quedó en silencio, por unos largos minutos, antes de suspirar y retirar su mano de la boca de la mujer pelinegra. — "Perdón por eso, pero... no quería que gritaras y alertaras, a todos los usuarios de Súper-Oído, del planeta. Especialmente a mi primo." Todo esto... es una broma cruel de los dioses Olímpicos, quienes nos han dado estos a nosotras, las Metahumanas... —Lois abrió la boca, ya tenía  en la punta de su lengua, recordarle a la rubia de cabello corto, que ni ella, ni Supergirl, ni muchísimo menos su ex-novio (Clark Kent/Kal-El/Superman), eran Metahumanos. De hecho, eran alienigenas. —Los dioses... los dioses Olímpicos a los cuáles sirve Diana, crearon a alguien... que puede retirarlo, si es que quieres. La parte negativa, es que tienes que tener sexo con esa persona y entonces, tendrás la posibilidad de dejarlo o retirarlo.

—Llévame —Rogó Lois, en un hilo de voz y una lágrima de terror y confusión, cayó por su mejilla. Karen Starr asintió, saliendo un Nano-segundo del baño y al siguiente, una vez más, estaba de pie, delante de Lois y tenía en sus manos ropa más abrigadora para su amiga, cambiándola de ropa ella misma, antes de cargarla en brazos y llevarla hasta Paladin Inc.

Allí, ella conoció al juvenil héroe, llamado Paladín y aceptó tener relaciones con él, siempre y cuando, aquel dolor se fuera. Era agónico y llevar ropa interior, solo lograba empeoraron todo.

Fue lo más pervertido, que Lois Lane había hecho en su vida.

Y hacerlo con un menor de edad, en todos los sentidos, solo la hacía sentirse muchísimo peor. Sentir como ese chico metía algo tan... tan extraño para ella, dentro de su boca...

Se sintió terriblemente culpable, por el altísimo nivel de excitación que estaba sintiendo en ese mismo instante.

Ese chico la llevó al cielo y de regreso, sólo con su lengua y su boca.

Pronto, ella estaba gimiendo el nombre del joven Daniel, rodeada de heroínas del más altísimo perfil, quienes la acariciaban y lamian su sudor, al tiempo que ella solo gemía, maravillada, ante estas sensaciones.

Todas ellas, sonrieron con cierta malicia, al escuchar su grito orgásmico, cuando (finalmente) pudo terminar con el sufrimiento de su miembro muy hinchado, derramando una cascada, dentro de la garganta del niño y cayó sudorosa, pero satisfecha en la cama. —Me... salvaste... mi pequeño héroe. —la Futa, abrazó a Daniel y lo besó en los labios.

—De nada. —dijo él, calmado y ya acostumbrado. — ¿Quieres quedarte con él o quieres eliminarlo?

—Quedármelo —dijo ella, sin dudarlo, antes de besar a Daniel en los labios.

Capítulo 13: Entrevista a White Dragon.
Capítulo 14: Canarios (y un Clon sexy)