Los dioses de la lujuria (como Afrodita y Eros), crean a las mujeres Futanari en el mundo de DC. Los restantes Dioses se percatan de esto, pero no pueden curarlas y si se salen de control por su lujuria, causarían un caos inmenso.
Afrodita les dice...
DC Comics pertenece a Warner Bros. Solo nos pertenece el OC.
Saga Lantern: Jessica Cruz
Los Dioses, eran capaces de hacer muchísimas cosas, que para varios, tendían a ser imposibles.
Y el Viaje en el Tiempo, era solo el primero de sus caprichos.
Daniel logró encontrar rápidamente a Jessica Cruz: nueva Green Lantern terrícola del Sector 2814. Ella tenía el cabello largo y marrón oscuro; se encontraba en su apartamento, en su baño, recostada en el suelo, gimiendo del dolor.
Cuando descubrió esa misma mañana, lo que estaba entre sus piernas, gritó horrorizada y también se quedó en estado de shock, al percatarse del tamaño de sus pechos y su trasero. Por la ventana, no tardó en entrar una compañera de lucha contra el crimen. —Ho... hola... Wonder Woman. —saludó la súperheroína sonrojada, solo para percatarse de que venía acompañada por un jovencito —S... si estás aquí, por el grito que acabo de lanzar, n-no te preocupes, ¿de acuerdo? Me pondré en contacto ahora mismo, con los Laboratorios STAR. —y se percató de que (quizás) no debería de haber dicho eso, pues no se lo preguntaron. Y en consecuencia, se sonrojó. Vio al joven héroe, parado junto a su compañera y su sonrojo aumentó. —Es muy bello.
Diana suspiró. —Jess: —escucharon su apodo, llamó la atención de la humana —sabes que yo, estoy acostumbrada a enfrentar amenazas mitológicas, ¿no es verdad? —Y ella asintió, mientras notaba algo, para nada usual en Wonder Woman: nervios. —El Consejo Olímpico es algo real, físico y tan palpable como tú o yo. —Jessica asintió, ella había combatido amenazas, tanto mágicas, como mitológicas, codo con codo con Diana Prince: Wonder Woman. —Hace ya una semana, ayudaste a Capitán Shazam y a Mary Shazam a enfrentarse al Dr. Sivana —Jessica asintió.
—La piedra de... —olvidó el nombre —de... ¡No lo recuerdo! —se enfadó consigo misma y pateó el suelo —Pero sonaba como "Jumanji" y lamento mucho, si te estoy ofendiendo.
—Lo importante es esto: Afrodita y su hijo Eros, se pusieron a jugar con magia divina y eso, llevó a causar una especie de virus, que ya ha infectado a TODAS las Metahumanas y a mujeres destinadas a ser Metahumanas. —dijo Wonder Woman, a lo cual Jessica asintió —Y este "virus" —hizo comillas con los dedos —se manifiesta en forma de una larga y ancha polla.
—Deja de burlarte, por favor —gimió, mientras intentaba cubrirse.
—Cuando los dioses se dieron cuenta, crearon algo llamado "La Luz Olímpica", no encontrarás ninguna referencia histórica, porque NO existe. —Continuó narrando Wonder Woman —Lo crearon en la actualidad. Este chico a mi lado, es esa llama de la cual te hablo.
—Creo que entiendo. —dijo Jessica, ahora algo mareada.
—Afrodita modificó la llama, que me dio a luz. Se suponía, que yo iba a ser una chica. Una chica con pechos descomunales, grandes caderas y un culo de infarto. —narró el chico divertido —Pero, como ya lo digo: Afrodita la modificó y aquí me tienen todas las heroínas y villanas del mundo. Su propio Shotacon para cogérselo.
—Cuando acabes podrás elegir: Entre quedarte ese pene, para seguir teniendo sexo con mi amiguito o retirarlo —dijo Wonder Woman sonriente, haciendo que los ojos de Jessica Cruz, se abrieran.
Daniel se desnudó y Jessica se encontró con un torso musculoso y sexy, se bajó los pantalones y no podía creer que este chico, estuviera solo destinado a ser un Uke, para todas las heroínas de la Tierra, pues tenía algo grande entre las piernas, que (tarde o temprano) debía de ser usado en alguna chica.
Jessica se quedó sin aliento, cuando el chico en edad escolar, se metió ese monstruo que ella llevaba entre las piernas, completamente en la boca y para ella, esa sensación fue como tocar el cielo. Echó la cabeza hacia atrás, mientras que Wonder Woman, la ayudaba a caer sentada, sobre el sofá. En ningún momento, Daniel dejó de chupar.
Daniel le dio la placentera sensación de una Garganta Profunda y Jessica gritó de placer, mientras, por primera vez, se corría en la garganta del chico.
Sin siquiera darle tiempo, para reponerse, Daniel se subió al asiento y se sentó, justo en el miembro todavía duró como una roca de la Green Lantern terrícola, haciéndola gritar, pues estaba muy sensible, luego de venirse una vez.
Fue placentero, agónico, algo doloroso y delicioso. Las cuatro, al mismo tiempo, mientras su miembro, entraba en algo tan estrecho.
Por detrás, luego en su boca y de forma un tanto... cruel, quizás, por moverse a gran velocidad, dentro de su garganta, hasta vaciarse. — ¡Oh, Dios mío! —gimió Jessica —Eso se sintió bien.
—Me alegra que lo disfrutaras. —dijo Daniel, mientras llevaba su cabello hacía atrás, lejos de su frente sudada —Una mujer humana ordinaria, son ningún superpoder, jamás tendría algo como esto y tus amigas arqueros, sí o tienen. Si yo fuera tú, haría una introspección, sobre qué puedo hacer y en qué consisten mis poderes.
Jessica asintió, con una sonrisa traviesa en los labios, mientras los veía irse.
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