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Carmela Shannahan

El aire cálido del patio de la casa de Esteban me acariciaba la piel, erizándola por la brisa fría que aveces pasaba.

–No seas pelotuda Carmela. –Me reto Esteban mientras me pasaba un terere.

Eran las siete de la tarde, el sol empezaba su recorrido para esconderse y transformar el día en una noche de sábado. Habíamos venido con Leonela a las cuatro a pasar el día con Esteban y Francisco.

–Ni pinta, termino re en pedo. –Succiono el final del terere mientras hace un ruido peculiar igual al del mate.

–Y no tomes boluda. –Dijo con sencillez Fran.

–Vos te pensas que voy a salir y no voy a tomar? Na ademas me da paja ir a vestirme y todo.

Antes de que Esteban diga algo tajante, la figura mojada de Leonela que recién salía de la pileta se acerca a nosotros. –Que pasó?

–Nada, que Carmela no quiere salir. –Dice Fran, comiéndose otro sanguchito de miga.

Mi amiga niega con la cabeza mientras se seca el cuerpo con una toalla. –Y si es una pelotuda.

Yo me río e inclino mi cuerpo para agarrar otro sanguchito también.

–Pinta un asadito eh... –Propone Esteban, sacándose los anteojos de sol y guiñándole un ojo a Fran.

–Yo te banco amigo.

–Se van a fundir ustedes dos, todos los sábados comen asado. –Les digo en un tono chistoso.

–Sabes la cantidad de plata ahorre estando a dieta comiéndome una almendra por día.

Yo me río y me dirijo hasta mi bolso donde agarro una crema de peinar y mi cepillo. Me vuelvo a sentar en mi lugar, ósea un puff chiquito que estaba puesto en el pasto artificial de la casa de Esteban.

–Ahi le mando a los chicos. –Avisa Fran y se inclina para llegar a agarrar su teléfono de la pequeña mesita donde teníamos todo.

Mi cara se pone de un color agrio, la miro a Leo que ya me esta mirando. Si vienen los chicos, viene Enzo.

Ella me sonreía de manera picara y se mordía las uñas.

–Hasta que se organicen estos para venir, no le podemos pedir que compren las cosas encima. Queres ir vos? –Le propone Esteban a Fran mirando el teléfono aun.

–Si yo voy. –Fran se termina de secar un poco el pelo y se pone una musculosa que tenía anteriormente. –Que compro?

Esteban no le da mucha pelota porque sigue leyendo los mensajes del grupo, asique Fran le grita.

–Para pajero. –Dice Esteban mientras sigue leyendo. –Dicen que les pinta mas un matambre a la pizza o pizzas a la parrilla.

–Na que me chupen la verga. –Insulta Fran con incredulidad, yo me río ante su reacción. –Sabes todas las pre pizzas que tengo que comprar?
Hacemos una bondiolita mejor.

Esteban ahora lo mira con una sonrisa y lo señala dandole a entender que tenía razon. Fran sonrió satisfecho y mientras tanto Esteban murmuraba un "sos bueno vos" al escribir en su teclado.

–Dicen que bancan.

–Listo, compro 3 kilos? –Esteban asiente mientras se levanta de su lugar y de paso se agarra otro sanguchito. –Me acompañan?

SIX THIRTHY • Enzo VogrincicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora