Carmela ShannahanNunca estuve más en pedo. Me encanta. El vodka y gin tonic se impregnaban en mis venas con facilidad. Y la tirada de bomba a la pileta no ayudaba mucho más.
–Te lo juro. –Respondí con orgullo.
–Pero eso es lo mas clasista que escuche en la vida Carmela, vos me estas diciendo que disfrutaban de jugar a los pobres y a los ricos.
–Posta boludo, yo siempre era la rica.
Juani se tapa la cara ocultando una risa, la conversación de los juegos de infantes que solíamos jugar empezó desde que Juani propuso jugar a las sirenas.
–Fa dios, imposible.
Yo me río ante la reacción de Juani. Todos estábamos sentados en un circulo hace como una hora comiendo pedacitos de helado. Las gotas de la pileta seguían cayendo por mi pelo, pero no me importaba mucho.
Mi mirada se dirigió hasta la de Enzo, le señale la salida de la casa sin nisiquiera prestar atención si alguien me estaba mirando. Estaban todos tan en pedo que no me iban a ver.
Enzo alzó las cejas y formó una sonrisa con sus labios. Me recordaba a un perro cuando se emocionaba por algo y movía la cola de un lado a otro. Eso me hizo reír.Me levante de mi lugar y rodee la ronda hasta donde estaba Enzo.
–Vamos.
La mirada inquisitiva de Leonela me mataba, desde el otro lado de la ronda.
–Nos vamos nosotros. –Avise.
No me molestaba que supieran que me iba a ver con Enzo, y a ellos tampoco les importaba supongo. Juani me tiró un beso acompañado de un guiño y Leonela se arrastro el dedo hasta su propio ojo. Formulando un "ojito"
Me reí y camine de la mano con Enzo hasta llegar a la cocina.
La vuelta hasta mi casa consto de un viaje de 10 minutos. Enzo no se preocupo para nada acerca de mojar los asientos de la camioneta con muestra ropa empapada por la pileta. Raro en un hombre.
–Es acá. –Me di vuelta mostrándole la puerta de mi edificio. El sonrió con felicidad.
Con la tarjeta abrí la puerta para poder pasar a la recepción. Un espacioso lugar donde había un sillonsito y un espejo.
Le indique a Enzo donde estaba el ascensor, y el educadamente me siguió.
–Mi piso es el 7. –Comente.
El sin saber muy bien que decir paso una mano por encima de mis hombros, atrayéndome a su cuerpo que no estaba tan mojado como el mío. Me acurruque en el espacio entre su pesado brazo y su cuerpo.
Cuando la puerta se abrió, me acompaño hasta mi departamento. Abrí la puerta, encontrándome otra vez con el mismo espacio bien ordenado que había dejado.
–Pasa, pasa.
Enzo emprendió camino hasta adentrarse en el living y examino el lugar con una sonrisa.
–Esa es Rosamund Pike? –Preguntó curioso, señalando el cuadro gigante que tenía colgado arriba del sillon.
–Si.
Me sitúe junto a el, justo en frente del sillón. Ambos observando la encantadora cara de una actriz memorable.
–Tiene facciones hermosas, se complementan de la mejor manera. –Comente, dejándome llevar por la hermosura de la mujer.
Al darme vuelta, Enzo me miraba. Pude notar unos destellos brillando en sus ojos. El mirarlo me hacía sentir bien.
No había otro sentimiento. Solo bien. Ese calor en el pecho de saber con total cordura que no estas en peligro y que cada momento se puede sentir la comodidad que ambos poseen.
–Yo te pondría en un cuadro gigante arriba de mi sillón. –Dijo.
–En serio?
La incredulidad de mi pregunta lo tomo por sorpresa, debe pensar que soy tonta. –Si.
–Te gustan los biscuits? –Mi pregunta sonó en toda la habitación sin vergüenza.
–Si. –Respondió confundido, estoy segura de que no sabe que son.
–Entonces me podes colgar en un cuadro arriba de tu sillón.
Mis pasos resonaron inquietos hasta la habitación mas pequeña de mi casa: el baño. Los imponentes pies de Enzo se clavaban detrás de los míos.
–Nos bañamos? –Consulte con duda, sin pensar realmente muy bien.
Los ojos de Enzo casi se salen de sus ojos al escuchar mi inadvertida pregunta.
–No es muy rápido para eso?
–Quien te dice que es rápido y que esta acorde al tiempo? Si yo siento confianza con vos, vos no?
El escucha las palabras que tropiezan en mi boca con atención, y asiente a mi pregunta como si de un niño se tratara.
Prendo la lluvia de la ducha para que el agua se vaya calentando mientras me desvisto bajo la excitante mirada de Enzo. Lo veo sacarse su propia remera y me acerco a desabrochar su cinturón.
El me saca media cabeza por lo que miro hacia arriba mientras mis manos recorren el botón que abrocha su pantalón.
–Sos bonita eh.
Una risa dulce sale de su boca y no me avergüenzo al sonrojarme. El pone sus dos grandes manos alrededor de mi cara y deja un violento beso sobre mi cabeza.
El mismo se desviste y ambos nos metemos en la ducha. El agua chocaba sobre el áspero suelo de mármol creando un imponente vapor que nos envolvía a ambos.
Me sumergí debajo del agua caliente sobre la fuerte mirada de Enzo. Se apoyo sobre la pared mirándome deslizar mis manos por sobre mi cabello.
La tensión era tal que no soporte levantar mis talones para dejar un tímido beso sobre sus labios.
Sin embargo, en vez de ser un beso tranquilo y tímido termino siendo uno lleno de ferocidad y hambre de algo más que solo sus manos pasandose por mi cuerpo.
El agua caliente no ayudaba a que el alcohol dejara mi cuerpo, pero me rescataba un poco al menos. Y gracias a ello notaba la desesperación que abarcaba el cuerpo de Enzo.
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Antes que nada, no quiero que se me enojen con la Carme porque esta tomando una actividad muy íntima como algo normal.
Yo creo este personaje con los ideales que tengo yo como persona, como me gustaría ser a mi a pesar de que hay circunstancias que no me lo permiten. Trato de retratar a mi personaje como una piba muy tranquila, que piensa que el tiempo en el que uno este con alguien no determina el tipo de relación que pueden llegar a tener.
Pero bueno, mas o menos quería dar a entender eso.
MUCHAS GRACIAS A LAS UNICAS TRES PIBAS QUE ME COMENTAN LAS AMO MUCHO JAJAJA
btw comentenme o haganme saber por privado si hay algo en la historia que les parezca que tenga que cambiar o mejorar, obvio siempre todo con respeto.
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SIX THIRTHY • Enzo Vogrincic
FanfictionLas metas de Carmela siempre fueron bien claras, una amante de los animales marinos con el propósito de mudarse a italia y convertirse en una buen madre a los veintinueve. Pero aquella salida de amigas provocara que el enfoque de Camila se pierda tr...