- Kagome sama no recuerda nada…- les dijo y vio como la cara de todos reflejaba asombro y preocupación- perdió la memoria… ella solo sabia su nombre cuando se lo pregunte al día que la encontré a las orillas de un rio… no sabe ni de dónde viene… Kagome sama a olvidado su pasado…
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-como esta eso de que Kagome no recuerda nada?- pregunto sorprendido el hanyou mirando fijamente a Hiromi.
- lo que han oído… y eso no es todo… hay veces, en las cuales Kagome sama sufre mucho por un dolor en la espalda… he visto como marcas de garras enormes se enrojecen de repente y Kagome sama se desmalla… observen…- la anciana mujer dio vuelta con mucho cuidado el cuerpo de Kagome dejando su estomago sobre el futon- quiero que observen muy bien…- pidió la anciana.
Hiromi deslizo el aori de Kagome dejándolo en su baja espalda. Los presentes (Sango y Shippou especialmente) ahogaron un grito de espanto al ver 4 garras marcadas en la espalda de Kagome. Las marcas estaban rojas como si no hubiesen cicatrizado y como si la piel todavía estuviera sangrando como la primera vez. Un sonido los saco de su ensimismamiento. Kagome se estaba poniendo de pie. Gracias a que estaban todos tras ella no la vieron. Cosa que Kagome agradeció cuando comenzó a subirse el aori nuevamente.
-no creí ser parte del espectáculo… disfrutaron lo que vieron?- pregunto molesta Kagome poniéndose de pie. El hombro le ardía y era por la mirada penetrante de Inuyasha quien al ver ponerse de pie sintió, sin poder evitarlo, una ola de deseo.
- lo siento Kagome sama… ellos la conocen, de seguro la pueden ayudar a recordar su…- pero la anciana mujer fue interrumpida.
- no me interesa recordar mi pasado- respondió secamente Kagome buscando con la vista su arco y su carcaj lleno de flechas- si no he podido en 2 meses por algo debe ser… a lo mejor no hay nada importante que recordar- Shippou se sintió dolido al igual que los demás presentes con las frías palabras de Kagome- si lo fueran ya habría recordado algo… además, no me fio de personas extrañas que hacen amistades con youkais…- se acomodo el carcaj en la espalda y apretó fuertemente el arco con sus manos- no quiero recordar nada- decreto Kagome comenzando a salir de la cabaña.
- Kagome sama…- llamo suavemente la anciana- donde vas?
- ya sabe donde- respondió simplemente sin mirar a los presentes- les voy a pedir algo mientras estén aquí…- todos escucharon atentamente- no quiero que se me acerquen, no quiero nada que ustedes puedan darme, soy perfectamente feliz aquí así que no pierdan su tiempo, gracias por su ayuda, pero no los necesito… quiero que se alejen lo más posible de mi sobre todo ese hanyou…- menciono con acidez- no confió en él- dicho eso Kagome se fue de ahí dejando a Inuyasha petrificado y profundamente triste.
- normalmente Kagome sama jamás se comporta así… yo no siento nada malo en ustedes, pero… si Kagome sama no se siente a gusto con su presencia… creo que deben entender mi postura- la anciana se dirigió a Miroku quien pensaba que la ayuda de Kirara seria de mucha ayuda, para poder vigilar a Kagome.
- no se preocupe Miko sama- respondió Sango con voz triste- el Houshi y yo entendemos perfectamente la situación… pero Shippou e Inuyasha no creo que estén de acuerdo…-la Taijiya miro al Kitsune quien lloraba en silencio por las palabras de su segunda madre, pues esta ni siquiera lo había mirado. Inuyasha en cambio se sentía enfurecido con el maldito youkai que había atacado a Kagome en su ausencia pues, gracias a él, Kagome lo había olvidado y lo trataba de forma fría.
- donde se fue?- pregunto el hanyou.
- Inuyasha con olfatearla es más que suficiente… pero creo que sería mejor que no lo hicieras porque…- pero Miroku fue callado por un grito del hanyou.