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Una cosa de una vez se convierte en algo más, pero no sabes lo que queres

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Una cosa de una vez se convierte en algo más, pero no sabes lo que queres

Salí apurada de mí habitación, colgando la mochila apresurada a mi hombro y terminando la medialuna que era mí desayuno de un mordisco. Iba a llegar tardísimo por culpa de la estúpida alarma que no sonó o había olvidado poner.

Atravesé el complejo de habitaciones hasta llegar al edificio donde estaban las clases. Los pasillos estaban completamente desiertos y eso no era buena señal. Probablemente a nadie le importaría que llegara tarde, pero realmente odiaba tener que entrar como una rata a la clase.

Seguí con el mismo ritmo apurado desde que salí, pero tuve que detenerme para acomodar la pollera azul oscura que no dejaba de subirse por la ligereza de mis pasos. Maldije mentalmente, esa condenada prenda me iba a dejar desnuda en cualquier momento.

Giré hacia el pasillo en donde estaba mí clase mientras tironeaba la tela por enésima vez. Por estar tan distraída choqué con algo enfrente mío que hizo tambalearme sobre mis pies.

-Mierda- mascullé subiendo la mirada para encontrarme con esos intensos ojos. Carajo, carajo, carajo.

-¿A dónde tan apurada?- preguntó Eren con una sonrisa a medias en su rostro. Me miraba divertido. Deslizó sus ojos por todo mí cuerpo, ensanchando su sonrisa y enarcando una ceja.

-¿Y tu qué?- le contesté molesta, mientras subía mí mochila tirando de la tira. Era lo único que me faltaba. Gran primera conversación de la mañana.

-Eeh, no te la agarres conmigo dulzura ¿Acaso tu novio no te dió una buena...

-Cállate Eren. No estoy de humor para tus chistes rancios- hice una pausa para mirarlo con fastidio- Aparte Jean no es mí novio. Idiota- aclaré para rodearlo y seguir con mí camino. Me estaba haciendo perder el tiempo.

Lo oí reír y tomarme del brazo para que no me escape de él. Tironeé, pero su agarre era firme. Y ahí estaba, otra vez esa maldita sonrisa burlona.

-Tu sabes que yo podría hacerlo... si te hace falta.

-No- declaré seriamente- fue algo de una sola vez.

Había pasado hace al menos dos semanas. Intentaba olvidarlo, pero él siempre me lo recordaba con algún que otro comentario insinuante. Esa noche... fue increíble, pero solo eso: una noche. Me juré que no volvería a caer en sus brazos otra vez. Eren no era un chico al que deseara concederle mi corazón.

Chistó su lengua. Rodó los ojos y me miró con una mueca en sus labios.

-Si que eres aburrida- soltó de mala gana, al igual que mí brazo. No lo disimulaba ni se sentia avergonzado, solo quería eso y yo no estaba para ser el juguetito de nadie.

-No me busques más, menos con eso. No soy ninguna muñequita. Superalo Eren- advertí molesta dando unos pasos con intención de alejarme al fin.

-Es que no lo entiendes... esto, mierda. No solo quiero eso de ti, claro que eso fue increíble, pero deseo acercarme. Conocerte y quizás... tener algo- confesó avergonzado. El usual tono pícaro había desaparecido, ahora lo invadía la timidez y sinceridad. Me quedé estupefacta, abriendo los ojos sorprendida. No podía creer que eso saliera de sus labios, y algo en mí me decía que mentía. Que solo lo hacia para que le diera lo que quería. Pero su mirada desviada y manos temblorosas me hacían dudar.

Nos quedamos ahí, parados uno frente al otro con algunos metros que nos separaban. Ninguno dijo nada, tampoco sabíamos que decir.

Subí mí mirada a su rostro, noté que estaba sonrojado a pesar de que tuviera su cabeza gacha.

Ignoraba mí mirada. Eren estaba ignorando mí mirada. No lo podía creer.

Después de unos segundos, tensos e interminables, negué con la cabeza alejándome.

-Tengo que ir a clases- dije cortante, en un tono sin sentimiento alguno. Lo dejé atrás, retomando el paso por el largo pasillo. Me sentía insegura y con miles de preguntas. Con una cantidad inmensa de sentimientos encontrados. Pero la forma en que mí corazón dolía me aseguró que lo buscaría.

𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 𔓕 Eren Jeager Donde viven las historias. Descúbrelo ahora