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¿Juntos en el último año de secundaria?(Modismos argentinos)
-¿Qué toca ahora? -pregunto reclinando hacía atrás la silla, contando los minutos interminables para irme a casa y dormir una siesta.
-Con la vieja de Historia- responde Mikasa a mi lado sin despegar la vista de su celular. -Encima como tres horas.
-Dios, no nos vamos más- se queja Sasha fingiendo que llora tapándose los ojos.
Los viernes son los peores, era como si el sistema educativo nos odiara ¿Qué hice en mi vida pasada para merecer tener las últimas tres horas de Historia? Todos pensamos en qué vamos a hacer el fin de semana y no en qué maldito año desembarcaron los barcos de no sé quién.
Viendo que Sasha sigue con los ojos tapados, muy ocupada soltando lamentos fingidos, aprovecho para robarle una papita del paquete sobre la mesa. Solo tengo que extender mi brazo y listo, Annie solo rueda los ojos cómplice. Ni siquiera era media mañana y la muerta de hambre de Sasha ya había desvalijado medio kiosko, cosa por la cual no me quejaba por supuesto.
-Ay, chicas. Vean el lado positivo, dicen que hay una reemplazante- agrega Historia, dándose vuelta hacía mi banco, un poco tarde a la conversación. Sasha se anima un poco al oír esto, puesto que a casi nadie le caía bien la titular de Historia. Siempre nos hace escribir las tres horas seguidas sin explicar nada y salir con los dedos acalambrados.
De pronto, el timbre suena ruidosamente anunciando el cambio de hora. Pocos minutos después, el salón se llena bulliciosamente, siendo un desastre total. Ví como Connie anda con un pancho lleno de papas fritas y siento la mandíbula de Sasha caer del hambre otra vez a mí lado. Sigo al pelado con la mirada hasta que se sienta con el grupito de Eren en el otro extremo del salón. Todo el día jodiendo esos pibes estan, si no es Jean haciéndose el lindo junto a Connie a las de economía era el descansero de Eren. El único que se salva es Armin, tan pacifico y tranquilo que no sé cómo puede juntarse con esos que solo vienen a hacer presencia. Hablando de ellos, tengo tanta mala suerte de que Eren se encuentre con mi mirada chusma, guiñandome un ojo burlonamente.
Lo que faltaba. Conseguite una vida, me digo a mí misma internamente.
Le revoleo los ojos antes de que me percate que una blanca cabellera esta cruzando el lugar hacía el escritorio. Los demás también parecen notarlo, puesto que dejan de hablar y el aula se sume en un silencio jamás visto.
Es una señora de mediana estatura con lentes alargados quien esta sacando sus libros del bolso de cuero viejo. Escucho murmullos que apenas puedo oír por un repentino golpe sobre el pizarrón.
¿Eso es una varilla?
-Ah, viene con toda- comenta Ymir sobre el hombro hacia nosotras, a la vez que Historia rompe su erguida postura para clavarle un codazo en la cintura.
