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Una foto algo comprometedora
—Te mato si subís eso —me amenaza Eren al otro lado de la cama, arrinconandome sin escapatoria alguna, mientras río a carcajadas viendo el celular encendido.
—Ah, ¿y eso por qué? —pregunto haciéndome la tonta y llevando un dedo a mí barbilla— ¿Se te van las chicas?
—Dale, estúpida. Salgo re mal —se excusa señalando insistente al teléfono sin relajarse de su posición antihuida que sostiene con las manos sobre el colchón, como si fuera a saltarme encima en cualquier momento.
—Sos re mentiroso —acuso apagando la pantalla— Tenés miedito de que crean que andas de novio.
Él fingió ofenderse mientras se agarra el corazón teatralmente.
Rodeo los ojos, todavía divertida por la situación en que metí a mí amigo a causa de una foto que le tomé la noche anterior. Habíamos bebido a morir mientras hablábamos mal de nuestros compañeros, perdiendo la conciencia solo un poco a mí parecer. Una broma lleva a la otra, y bueno... De la nada aparece una foto de tu amigo lleno de besos y tu mano sobre su pecho. Cosas de todos los días. Aunque agradezco tener algo así con lo cual sacar provecho.
—¿Así me ves? —nota como enarco una ceja incrédula, rápidamente se apura a defenderse otra vez —Cuando tenga novia voy a ser el más fiel... por ahora no encontré a la indicada.
Revoleo los ojos nuevamente, negando con la cabeza ante las excusas de mí amigo por ser un mujeriego sin problema.
—Bueno, para tu cumpleaños la subo.
—¡No!
—Ay, dale, Eren. No te viene nada bien —me quejo cruzándome de brazos y cambiando el peso a una de mis piernas. Doy una ojeada a la puerta detrás de si, pensando en la manera de escabullirme y salirme con la mía.
Él solo alza la ceja antes de soltar una carcajada y señalarme con el dedo.
—Es por la foto que subí la otra vez, ¿no? —no le respondo, sello los labios en una línea tensa, y él hace gesto de agarrar algo en el aire al darse cuenta mis razones.
Ese día había publicado una foto juntos por el día del amigo –muy lindo de su parte– en la cual no tuvo piedad absoluta por mí, a pesar de que le había dicho especialmente que no subiera esa imágen. Pero lo hizo de todas formas y no tuve opción más que resubirla para no quedar como la peor amiga.
Me quemó básicamente, y se la iba a devolver. Una hermosísima amistad vengativa.
Le sonrio maliciosamente, sin flaquear la fuerza en el celular unos segundos más hasta que finalmente alzo los brazos.
—¿Estamos a mano entonces? —apiado tendiendole la mano libre para terminar con todo esto. La mira dudoso, pensando en sí debería aceptar y con cautela sus firmes dedos abrazan los míos para después, en un instante, tirar de ellos fuertemente; empujando mí cuerpo hacía delante e intentando quitarme el celular de a manotazos.
Un gritito se me sale de los labios, mientras forcejea entre risas para que suelte el aparato resbaloso. No se la dejo fácil pellizcando su costado bajo las costillas y provocando que se retuerza dolorosamente, soltando alaridos ahogados.
—¡Rata! —le grito alejándome de él de un salto hasta llegar junto la puerta ante su guardia baja— la voy a subir igual, no me importa.
—¡No, por favor! —lamenta llevándose la mano a su cintura exageradamente mientras da tambaleantes pasos pero yo ya me adentré en el pasillo, bajando las escaleras velozmente y el corazón galopando por la persecución que se daría por toda la casa con sus pasos acercándose cada vez más.
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Encontré esta historia en el fondo del celular y... bueno. Gracias por llegar hasta acá, espero que les haya gustado 💓
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Miren de donde me inspiré 👄 yo uf mamita tengo q hacer algo con esto (créditos al respectivo autor por su imágen)
