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Eren como tu novio gamer que no te da pelota

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Eren como tu novio gamer que no te da pelota. Leve spicy

Rodé sobre la cama, aburrida, mientras miraba a mí novio jugar Valorant en su computadora. Me había invitando a su casa para pasar la tarde y eso estuvo bien al principio, primero tomamos la merienda con mates y facturas, mirando un programa de chusmerio. Pero al pasar las horas, se sentó frente a su computadora para jugar "una sola" partida. En realidad no me suele molestar, a veces nuestras tardes se resumen en eso. Él juega a sus jueguitos y yo boludeo en su cama con el celular o mirando alguna película.

Aunque esa tarde era diferente, ya hasta me había cansado de estar viendo reels en Instagram. Así que decidí joderle un poco la cosa.

Me acerqué a él para rodearlo por atrás con mis brazos, deslizando suavemente mis manos sobre su pecho. Delicadamente, le planté un beso en la mejilla y cuello. Aunque él seguía con los ojos clavados en la pantalla sin darme una pizca de atención. Continué dejando un suave rastro de besos en su mandíbula, a la vez que me sentaba en su regazo sin taparle la vista. Cerró los ojos por un momento, deleitándose bajo mí toque cariñoso y soltando un pequeño gruñido.

Estaba acostumbrado a que me sentara sobre su regazo y lo viera jugar mientras lo abrazaba. Aunque pareció sobresaltado, a lo que aproveché para deslizar mí mano bajo su remera, tocando suavemente su pecho en una caricia peligrosa. Tracé un camino por su tallado abdomen hasta el borde del pantalón, recorriendolo con las yemas de los dedos. Lo oí soltar un pequeño jadeo, se reacomodó un poco sobre la cómoda silla para seguir con las manos sobre el teclado.

Una media sonrisa se formó en mí rostro.

De manera torturosa, desabroché los botones del pantalón para meter mí mano sobre su bóxer, cosa que lo hizo estremecer. Lo tenía duro y su respiración cada vez se ponía más entrecortada. Acaricié despacio su bulto, mirándolo a la cara, cómo sus ojos brillaban y se negaba a mirarme.

Con que esas tenemos.

En un movimiento rápido pasé la lengua por mí mano, humedeciendola, y saqué su miembro grueso del pantalón. Dejándolo al descubierto a la vez que masajeaba su parte baja. Eren tiró su cabeza hacia atrás, cerrando los ojos nuevamente por unos instantes. Su boca entreabierta y respiración acelerada eran todo un espectáculo. Subí el ritmo de mi mano al sentir como palpitaba bajo mí toque. Un ronco gemido salió de sus deliciosa boca provocando que me mordiera el labio inferior. Seguí lo unos largos segundos más, con un ritmo calmado hasta que sentí como temblaba, intentado moderarse.

Rápidamente, supe que estaba cerca, la manera en la que sus ojos sumisos me miraban fugazmente y su cabeza inclinada hacía atrás me rogaban que siguiera.

Cuando soltó casi un gemido terminal, retiré mí mano. Dejándolo a la mitad de su llegada y a mí con una sonrisa triunfadora en mí cara.

Le sonreí maliciosamente antes de levantarme de su regazo. Él me miró con el ceño fruncido y algo de indigancio en su cara.

-Eso por no darme pelota- le dije acusadora señalandolo con el dedo índice mientras me tiraba en la cama nuevamente, cómo sí nada hubiera pasado.

Lo escuché soltar una risa indignada. Vi de reojo como dejaba de lado la partida y se acercaba a mí. Tirándose encima.

-¿Ah, sí? Vas a cobrar pelotuda- me amenazaba jodiendo a la vez que sus manos atacaban mis costados, provocándome fuertes risas por las cosquillas.

-Dale, tarado- decía entre carcajadas tratando de liberarme de sus firmes manos, pero era imposible, tenía todo su cuerpo aplastandome sobre la cama de madera moderada. Mis piernas rodeaban su cintura, aunque ni se inmutaba por mis temblores e intentos de girarlo para quedar sobre él.

En la lucha por el control de la situación, atrapó mis manos a la altura de mí cabeza y me plantó un tierno besos en los labios. Lleno de amor y ganas que despertaban venganza.

𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 𔓕 Eren Jeager Donde viven las historias. Descúbrelo ahora