Lunes 31 de Enero de 1994
7:34 PM
─¿Y para quién es esa dichosa carta?
Sobresalté sobre la mesa de la biblioteca, donde las dos pilas de libros se habían movido un poco de su eje vertical.
─¿Cuál carta? ─intenté hacerme la loca mientras tapaba una hoja que apenas escribía.
─Esa hoja que estás tapando ─se asomó con curiosidad.
─¿Por qué piensas que es una carta? Estoy tomando notas de los libros, Oswald.
Agarré un libro al azar sin fijarme en que página me había quedado desde el viernes a las ocho de la noche, en espera de una lejana e improbable respuesta.
─¿A las notas les pones fechas? ─se sentó con los demás libros.
─A algunos sí ─mantuve fija la vista sobre las palabras impresas.
Por unos segundos, Oswald no dijo nada. Quise hacerme la idea de que estaba distraído viendo alguna cosa a su alrededor, aunque no había muchos residentes o médicos en la pequeña biblioteca que había estado frecuentando con regularidad. Tenía una taza de café a un lado de mí, bebí de este casi de un trago completo lo que quedaba de él.
─¿Qué lees? ─cambió de tema.
─Algo sobre la cognición. Uno de mis pacientes tiene problemas para recordar lo que hace al día siguiente. Quiero pensar que es un mecanismo de defensa.
Vi su rostro. Luego alzó los hombros como si mi comentario no fuera suficiente.
─¿Y tú a que vienes?
─En realidad venía a... ─se detuvo, como si de pronto se arrepintiera de lo que no había dicho.
─¿A qué? ─insistí con un suspiro.
Se sentó a la silla vacía que había a mi lado derecho. Me miró un momento y habló:
─¿Quieres salir?
─¿Salir? ─arrugué las cejas ─. ¿A dónde salir?
Puso sus dos libros en el regazo de las piernas, un poco nervioso de cómo había contestado. Quizá no había sido tan amable al hacerlo.
─A dónde quieras. Es... una cita ─mencionó con una sonrisa que hacía para no parecer nervioso.
Aquello no me lo esperaba. Observé el reloj de mi muñeca y marcaban las siete y media de la noche. No tenía un plan como tal, pero pensaba quedarme aquí en la Biblioteca en espera de lo que estaba pendiente hace unos días. Pero no fue hasta hoy en la mañana que desperté con muchas razones válidas, una de ellas era que no me permitían hacer la desvalorización a mis principios.
─Claro. ¿Alguien más irá?
─Invité a Lena y a otros residentes de tercer año. En realidad, ellos nos invitaron, yo pensé en ti. Quiero pensar que casi no sales.
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Concisamente Mío, Pero Eternamente Tuya
RomanceNarella es una chica que está por terminar la carrera de Medicina en Psiquiatría, su único plan era graduarse como la mejor de su instituto. Sin embargo, sus planes cambian por el camino cuando conoce a Marlon Redford, uno de los mejores doctores e...