❝Eres todo lo que he deseado y todo lo que he temido.❞ || Donde Carlisle Cullen verá su autocontrol puesto a prueba. O donde Caroline Swan comprueba que Forks no es tan aburrido.
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He decidido ir al supermercado. Por lo general no es una actividad que me apasione pero aún quedan un par de horas para que empiece mi primera noche de trabajo y la casa se me estaba viniendo encima.
Estoy totalmente centrada en la lista que Bella me ha dado –en serio, esta chica tiene que mejorar su letra- cuando mi carrito choca frontalmente con otro.
Alzo la mirada para encontrarme unos ojos dorados mirándome con disgusto.
-¿Suele chocar todo aquello que tiene ruedas, señorita Swan? –incluso aunque su tono es juicioso su voz es demasiado atractiva. Él es demasiado atractivo para ser tan desagradable.
-¿Y usted suele ser tan idiota a jornada completa, doctor Cullen? –le espeto y abre la boca sin emitir ningún sonido, aparentemente sorprendido por mi respuesta. Sonrío con suficiencia y no puedo evitar fijarme en que la camisa que lleva se ajusta tan bien a su cuerpo que tengo la tentación de ver lo que hay debajo.
-Por fin he encontrado las manzanas. –el anuncio jovial de una mujer que se coloca al lado de Carlisle con una bolsa de manzanas rompe nuestro duelo silencioso de miradas. Dejo de mirarlo para fijarme en ella. Tiene una cara redondeada y afable enmarcada por una sedosa melena castaña. Parece de esas actrices que salen en las películas de época. La sonrisa que me da es brillante y sincera. –Oh, ¡hola! Disculpa por haber interrumpido vuestra charla.
-No estábamos charlando. –los dos hablamos a la vez.
Nos fulminamos de nuevo con la mirada mientras Esme suelta una risa que aligera un poco el ambiente. Tiende su mano hacia mí.
-Soy Esme Cullen. –la mujer de Carlisle, asumo en un rápido pensamiento.-Es un placer conocerte.
Se la estrecho, también tiene la mano helada. Creo que en esa familia pasa algo con la temperatura corporal.
-Caroline Swan. –le dedico una sonrisa sincera porque, honestamente, nadie puede ser maleducado con alguien con esa cara tan dulce. –Simplemente he chocado el carrito con su marido, no estábamos charlando.
La sonrisa de Esme se vuelve algo misteriosa cuando mueve la mirada entre ambos, como si supiera algo que nadie más sabe.
-Oh sí, Bella nos ha hablado de ti. –agita la mano hacia mi explicación con aire divertido como si algo no estuviera del todo correcto. -No será mi marido por mucho tiempo.
Lo anuncia como si fuera lo más encantador que hubiera dicho nunca.
Parpadeo sacada totalmente de situación. ¿Se iban a divorciar? ¿Y por qué estaba tan feliz por ello? Bueno, una puede estar feliz de divorciarse, desde luego, pero no si vas a hacer la compra con tu futuro exmarido.
-Eh...-muevo la mirada hacia Carlisle cuyo ceño se ha relajado un poco ante la presencia de Esme y parece tener curiosidad por ver mi reacción.-...¿felicidades?
