❝Eres todo lo que he deseado y todo lo que he temido.❞ || Donde Carlisle Cullen verá su autocontrol puesto a prueba. O donde Caroline Swan comprueba que Forks no es tan aburrido.
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-¿Por qué Edward es virgen después de vivir más de un siglo?
Carlisle alza ambas cejas y me mira visiblemente desconcertado con la cabeza aún apoyada en la almohada. Doblo el brazo para apoyar la cabeza sobre mi mano y poder mirarle mejor. Su perfecto peinado está ahora algo desordenado y, por un momento, esos mechones rubios desordenados me distraen.
-¿Por qué estamos hablando de la virginidad de mi hijo en la cama? –pregunta divertido, su mano apoyada sobre mi cadera bajo la sábana es como una huella candente a pesar de la frialdad de su cuerpo.
-Porque pretende casarse con mi sobrina y quiero saber si hay algo raro en él.
-No hay nada raro en Edward, Carol. Sólo estaba esperando a encontrar a la persona adecuada.
-Al menos espero que le des alguna charla o la noche de bodas será un desastre.
Eso provoca una carcajada de su parte que me recuerda al agua clara de un río o al sol de invierno. Algo mágico y agradable.
-Lee el pensamiento, ha visto mucho más de lo que le gustaría.
-Según Emmett de ti más que de nadie.
Su mano baja un poco más hasta la curva de mi trasero y su mirada dorada se vuelve ligeramente más oscura.
-En los últimos tiempos sí.
Me inclino hacia él, hasta que nuestros labios se rozan y su frío aliento manda un escalofrío por mi columna vertebral. Maldita sea, ¿alguna vez tendré suficiente de este hombre? La inmortalidad no me parece en absoluto desagradable si tengo a Carlisle Cullen a mi lado.
-Cuéntame más de esos pensamientos. –ordeno antes de que su mano se cuele entre mis piernas, arrancándome un jadeo.
-Prefiero mostrártelos.
Y antes de que pueda decir nada nos gira en la cama, su cuerpo sobre el mío y una sonrisa salvaje en su rostro. Esa sonrisa que está muy alejada del perfecto doctor Cullen. Esa sonrisa que es sólo mía.
Sus pensamientos son realmente interesantes.
❋❋❋
-¿Otra tarea de protección? No podemos protegerlas a ambas.
El comentario de Rosalie sólo añade más tensión al ambiente. Y no es que esté precisamente ligero. Miro a mi alrededor. Bella está sentada a mi lado, con Alice sujetando su mano en forma de consuelo. Emmett y Jasper están situados en sitios estratégicos cerca de las ventanas, como si temieran un ataque en algún momento.
Edward está cerca de Bella, aunque de pie, listo para cualquier cosa. Esme ocupa uno de los sillones y su mirada amable viaja preocupada por cada miembro de la familia, incluidas nosotras.
