❝Eres todo lo que he deseado y todo lo que he temido.❞ || Donde Carlisle Cullen verá su autocontrol puesto a prueba. O donde Caroline Swan comprueba que Forks no es tan aburrido.
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5 años después
Me apoyo en la barandilla de madera que ni siquiera cruje, como si no notara mi presencia aunque el viento agita levemente mi pelo. Está atardeciendo y el mundo tiene ese color dorado que tanto me gusta. Los árboles parecen de oro y puedo ver el agua centelleante del lago que está parcialmente oculto por ellos.
Se respira una paz increíble en este sitio. Un brazo me rodea la cintura, su piel luminosa se une a la mía cuando deja su mano apenas a unos centímetros de la mía sobre el pasamanos. Ahora estoy atrapada entre la barandilla y el cuerpo que me es tan familiar como el mío propio.
-¿Valorando el nuevo jardín? –la voz de Carlisle suena contra mi pelo justo antes de dejar un beso sobre él y yo me inclino ligeramente hacia atrás para dejar mi espalda apoyado sobre su pecho.
-Que tú creas que esto es un jardín dice mucho de tu concepto del espacio y del dinero. –replico con diversión porque la propiedad es tan grande que no sólo tenemos un lago, sino que gran parte es un bosque por el cual están diseminadas diferentes casas para cada pareja de nuestra familia.
Eso le arranca una leve risa que me hace sonreír.
-Pero, ¿te gusta? –quiere saber.
-Claro que sí. –respondo mientras apoyo mi mano sobre la suya en la barandilla de madera. Me costó un poco acostumbrarme a tener la misma temperatura corporal, al principio se sentía extraño. Siendo sincera, al principio todo se sentía extraño. –Sólo me escaqueo de Alice. Hay cierta cantidad de arreglos florales que una persona puede ver sin perder la cabeza.
Puedo notar la sonrisa en su voz pero también cierta preocupación.
-¿Crees que ha sido lo mejor mudarnos y organizar la boda a la vez?
-Podemos con todo, son ventajas de no dormir. –lo tranquilizo y cuando mis dedos acarician el dorso de su mano, los últimos rayos de sol arrancan destellos de mi anillo de compromiso.
Nunca había pensado que me casaría. Pero, siendo realista, tampoco pensé que acabaría convertido en una vampira y emparejada con uno (más toda la familia vampírica añadida) así que mi "yo nunca" han cambiado bastante.
-A Charlie no le gusta que estemos tan lejos. –me recuerda pero yo me encojo de hombros.
-Estamos sólo a unas cuantas horas en coche y hay un lago. Amará pescar en él.
Tener a mi hermano en mi vida era algo que quería conseguir y, con un poco de esfuerzo y mucha vista gorda por su parte, conseguimos que funcionara. Bella está más que encantada de que su padre siga visitándonos de vez en cuando.
Me giro entre sus brazos para poder mirarle el rostro. Sé que suena jodidamente cursi pero podría morir por este hombre. Técnicamente lo he hecho y no me arrepiento de nada. Paso una mano por su mejilla, que va perdiendo el brillo conforme el sol acaba por ocultarse tras los árboles.