Dos almas conectadas en una banca roja

Sangre

Narrado por Liam

–Noah, Jasper, vamos a buscar la Leña.

-Vamos.

-Voy. —respondió Noa.

Nos adentramos más en el bosque, caminando durante unos minutos. Finalmente, nos detuvimos en un lugar donde había varios árboles caídos y muchos arbustos. La luz del sol apenas se filtraba entre las ramas, creando un ambiente fresco y lleno de sombras.

–Ya no aguanto más, Noah. Eres un hijo de puta, no mereces nada de lo que tienes. ¡Por mí, estarías muerto!

–Ja, ni tú te la crees. Yo soy mejor que tú, entiende. Te das besos con Asher, ni siquiera son novios, ¿y te quejas de mí?

–Si somos o no, a ti te debe dar igual.

–¡Cobarde!

Cuando terminó de decir eso, Jasper lo empujó contra un árbol y comenzó a golpearlo. ¿Por qué no le dijo que estaba con Asher?
Espere unos minutos, para saber cuándo irme y avisarle a Maia.

-¡Chicos paren! —Le dije, para que no pensara Noah que todo estaba planeado, mire la hora y eran las 1:50, en ir a buscar a Maia y volver serían las 2:10.

Mire a Noah, asentí, y le dije:

-Voy a buscar a Maia, no te preocupes, aguanta.

"Corrí" lo más rápido que pude, cuando llegue, estaba demasiado "agitado", soy un buen actor.

–N-Noah... –dije con suspenso.

–¡¿Qué le pasó?! –gritó Maia.

–Ven rápido. Egon y Asher, cuiden las cosas.

Todo estaba saliendo de acuerdo a lo que planeamos.

–¡Corre, Maia! ¡Jasper lo está matando!

–¡Está enfermo! Pensé que nos habían perdonado.

–¡Al parecer, él no lo hizo!

–¡Corre!

Cuando llegamos, Maia intentó separar a Jasper.

–Toma, Maia, cúralo aquí. Yo me llevo a Jasper. No vuelvan tan tarde.

–Está bien.

Cayó redondita.

Fuimos corriendo con Jasper y avisamos al grupo para que sacaran todo. Cuando llegamos, estaban esperándonos con las cosas listas.

–Vamos, chicos, apurémonos —dijo Asher con urgencia en su voz.

–Vamos hacia allá —les señalé el camino.Nos pusimos en marcha, caminando a paso rápido por el bosque.

El sendero estaba lleno de ramas y hojas, y el aire era fresco y lleno del aroma a pino. Al llegar al lugar designado, un claro rodeado de altos árboles, comenzamos a montar nuestras cosas. Nos sentamos alrededor de la fogata, sintiendo el calor en nuestras caras mientras el cielo se oscurecía.