Dos almas conectadas en una banca roja

El grupo

Perder a alguien por mi propia mano, en contra de mi voluntad, es una carga insoportable. La tristeza se convierte en un abismo oscuro que me consume, como si mi corazón se hubiera convertido en una piedra pesada. Cada latido es un recordatorio punzante de lo que he hecho.

La culpa, esa implacable compañera, se aferra a mí como una sombra. Me susurra al oído, recordándome cada detalle de aquel fatídico momento. El rostro de mi amigo, su mirada sorprendida, el sonido sordo del impacto. ¿Por qué no pude evitarlo? ¿Por que tuve que apretar el gatillo? las noches son las peores.

Me sumerjo en la oscuridad de mi habitación, las lágrimas no pueden lavar la mancha que llevo en el alma. La pérdida es un agujero negro en mi pecho. No puedo respirar, no puedo escapar. Mi amigo se ha ido para siempre, y yo soy la responsable.

Las palabras de disculpa se quedan atrapadas en mi garganta. No hay redención, solo un abismo sin fondo. Los recuerdos de aquel momento se repiten en mi mente, como una película macabra. El sonido de la bala traspasando su cuerpo, la sangre en mis manos cuando intentaba arreglar lo que había hecho, pero,  no había resultado. ¿Cómo explicar que fue un acto involuntario?

<<La pérdida no solo es física sino también espiritual, emocional. He perdido la conexión con mi propia humanidad.>>

Me encontraba en mi cama, ya habían pasado semanas de ese accidente pero, mi mente es un torbellino de emociones contradictorias. El eco de los acontecimientos retumba en mi cabeza, como un lamento incesante.

La satisfacción momentánea que sentí al apretar el gatillo aunque haya sido en contra de mi voluntad se ha desvanecido, reemplazada por un abismo de arrepentimiento y dolor. Se cierne sobre mí como una sombra oscura. No solo he perdido solo a mi mejor amigo, sino también la inocencia, la confianza y la seguridad en sí misma. La bala de esa pistola no solo atravesó el cuerpo de mi mejor amigo si no también mi alma que se rompió en mil pedazos. Cada latido de mi corazón es un recordatorio punzante de lo irreversible.

Cuando entro mi hermano a mi cuarto me dijo que íbamos a salir, la verdad no tengo energía para eso, sin embargo me vendría bien alejarme de esta habitación, tengo muchos recuerdos que me hacen sentirme peor.

Me cambié de ropa y baje a la cocina, mi mamá me ofreció comida, pero no acepte. Al salir de casa siento la brisa en mi rostro, percibí tanta tranquilidad. Al cabo de unos cuantos minutos llegamos a un restaurante, habían luces cálidas alrededor de las mesas, se notaba que era un lugar pasivo, porque es lo que me transmitía. Ale y yo escogimos una mesa donde habían velas y nos sentamos.

—¿Qué quieren para la cena? —preguntó Mamá mientras veía la carta dónde salían los platos de comida.

—Un pollo al jugo y fideos con salsa. —respondió Ale.

—Y tú Asher, ¿Qué te apetece comer?

La verdad no tenía ganas de comer, pero igual respondí.

—Una sopa de zapallo me vendría bien.

Mamá llamó a una chica que atendía para decirle lo que íbamos a pedir. Mientras mi madre hablaba con ella tome mi celular para ver Instagram, cuando lo abrí vi una foto de Billie Eilish y en su descripción salía "my album is mastered" eso significaba "mi album esta dominando" o sea que hay tercer álbum, al ver esa publicación mi ánimo cambió un poco.

Luego de unos cuantos minutos llegó nuestra comida. La sopa se veía apetitosa y como tuve semanas sin comer todo se veía delicioso. Al comenzar a comer recordé que esta sopa a Liam le encantaba... me paro de la mesa y voy al baño.

Cuando entré al baño comencé a llorar repentinamente, no podía respirar bien, me dolía mucho el pecho, me sentía tan devastada de nuevo, y al mismo tiempo, tan sola. Me afirme de la pared para poder mantenerme parada, pero mis piernas temblaban tanto como mis manos, así que tuve que sentarme. Las lágrimas que corrían de mi rostro no pararaban de caer pero, por un momento dejé de llorar, y ya no sentía dolor... paro todo de inmediato.