Capítulo 4: Zanahorias

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POV: VIOLETA PARRISH MARTIN

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POV: VIOLETA PARRISH MARTIN

Antes de llegar al cementerio mi Nino Peter me acompañó a casa— donde por cierto, gracias a los dioses no habia nadie— y me esperó mientras yo buscaba ese vestido negro que habia destinado para el dia de hoy. Es simple, mangas cortas y la falda me llega hasta las rodillas, un vestido simple.

Me abrocho ese par de zapatillas que Bobby alguna vez dijo que le gustaban. Son unas converse blancas con cordones blancos, la parte interesante es que al costado yo misma le dibujé un palo de lacrosse. No soy fan de ese deporte pero esa tarde me sentía solitaria y decidí ir a las canchas, me quite mis simples zapatillas y saque mis pinturas de la clase de arte.

dibujé mientras Taylor Swift sonaba a todo volumen en mis audífonos, dibujé mientras el cielo me cubría con nubes grises, cuando me di cuenta el entrenador del equipo se había acercado a mi asiento ya que él tenía su bolso junto a mi.

el dijo

—Esos son los calzados que deberían vender hoy en día— lo dijo mientras anotaba cosas en ese portapapeles que siempre llevaba con él.

—solo... dibujé lo que veía—dije con un aire triste. el día era nublado como si ese día estuviera acompañándome en mi pena.

veo a un chico caminar con todos los palos de lacrosse, se le cae uno y al intentar recogerlo se le caen todos

—¡si rompes los palos tu los pagas, Hale!— gritó bobby, volvio a mirar las zapatillas con la pintura fresca—eso es talento, niña— dijo mirándome por primera vez a la cara, entonces pareció estudiar mi rostro— ¿Cómo te llamas?

—Violeta— recuerdo que me presenté

—y violeta, ¿me puedes decir porque tu rostro se me hace tan familiar?

—bueno tal vez conoce a mi mamá— dije guardando los pinceles que había utilizado— Lydia Martin

—no puede ser, yo di clases a tu mamá— recuerdo ver el brillo en sus ojos, él jamás aceptaría lo mucho que quería a sus estudiantes— ahora es mi jefa, lo que es raro. No le digas que dije...

—no se preocupe, entrenador

—tuteame— dice quitándole importancia— en fin, Martin deberías usar esos tenis en algún momento importante, son super elegantes.

Reí, reí ese día porque sus palabras tenían propósito de hacerme reir. Hoy no me da risa, hoy mis lágrimas caen porque si, usaré este par de zapatillas por primera vez en un evento importante. Su funeral.

mis lágrimas ruedan por mis mejillas mientras amarro con cuidado los cordones, tienen que verse perfectos.

perfectos. A Bobby le gustaba la perfección, lo se por que lo vi exigirle lo mismo a sus alumnos de lacrosse. el querría que mis pies lucieran perfectos.

Tormenta de GirasolesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora