La segunda parte de: Mi Amada Rosa Negra
¡Hay vampiros en Beacon Hills!
El pueblo dominado por criaturas de la luna es invadido por una nueva especie peligrosa. Despiadados chupasangres.
Stiles Stilinski estaba logrando todas las cosas que se había...
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Todos a mi alrededor tienen guantes de goma, de esos que usan los doctores.
—¿Cuándo sabremos que ella nació?— pregunta Lydia a Parker.
él se encoge de hombros.
—afuera estaba comenzando a nevar— Dice Kira mirando a lydia
—ojala que no sea una tormenta de nieve o tendré que cancelar las clases y ya sabemos como nos retrasamos cuando no hay clases un día
—a veces olvido que eres directora
—yo a veces olvido que fui estudiante alguna vez— dice la pelirroja acomodándose la blusa
Tomo asiento, la esfera de luz queda frente a mi rostro
—de todas formas igual espero que no haya una tormenta, significaria que tengo que mandar a Isaac a quitar nieve del camino para poder sacar el auto y Isaac se pone de mal humor... Mira, Mira— dice Kira señalando la bola de luz.
el hilo dorado que unía esa esfera luminosa y mi estómago se había desvanecido hace 3 minutos. Ya no me dolía nada pero me sentía agotado. Mi abdomen empezaba a desinflarse de a poco pero mucho más rápido que cuando se infló.
Miramos lo que kira señala, es la esfera de luz, empieza a apagarse y la silueta de un bebe empieza a mostrarse de a poco.
La puerta del cuarto está cerrada así que no sabemos qué ocurre afuera, lo que significa que los que están afuera no pueden oír lo que sucede dentro.
—es hermosa— dice Parker, lo miro con una sonrisa pero dejo de hacerlo cuando veo que está tratando de ocultar las arcadas
—aun no nace, Parker— digo mirándolo mal— no puedes decir si es hermosa porque aun no la ves
—¡Cuidado!— chilla Lydia. Se escucha el sonido de una burbuja romperse, un montón de brillos decora la habitación como una lluvia de escarcha y en mis brazos cae con delicadeza la bebe desnuda.
—no se mueve— digo meneando suavemente a la criatura — los bebes deberían llorar, ¿no?
—bueno si, pero no se como sea cuando son mágicos—lydia trae una toalla para cubrirla
—es un bebe— Kira voltea los ojos y se acerca a mi— no son tan complicados, con koa pasó lo mismo y solo fue necesario...— pellizca el pequeño muslo de la bebe haciendo que llore desconsoladamente— un suave pellizco para hacerlo llorar. Aunque a Koa el doctor le dio una nalgada
—no puede ser— dice lydia sorprendida
—ya se pero es bastante normal, no le digan a koa que les dije porque odia esa historia
—¿que? no, mira— corrige lydia señalando mis brazos
una lagrima cae de mi rostro al ver a la pequeña criatura en mis brazos
