La segunda parte de: Mi Amada Rosa Negra
¡Hay vampiros en Beacon Hills!
El pueblo dominado por criaturas de la luna es invadido por una nueva especie peligrosa. Despiadados chupasangres.
Stiles Stilinski estaba logrando todas las cosas que se había...
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—Tienes que estar jodiendome, niño— escucho una voz ronca a mis espaldas.
abro los ojos con esfuerzo.
volteo en busca de la voz. ¿Dónde estoy?
lo veo parado junto al árbol
Tientes que estar jodiendome, viejo
—Matheo— pronuncio su nombre— ¿no se supone que te irías en paz para nunca más volver?
—así es, bueno eso hago, tu eres el que vino a interrumpir mi felicidad eterna— dice matheo con un vaso en la mano
—¿estas bebiendo una piña colada?— pregunto poniéndome de pie mirando la copa con la sombrilla rosada
—¿no imaginaras el paraiso sin alcohol, verdad?— sonríe tomando un sorbo desde su popote— dime, ¿Qué pasó?
—tu dime, yo solo caí inconsciente y volví aqui
—bien déjame ver en tu mente— dice acercándose a mi y poniendo su palma frente a mi cabeza sin tocarme. me acerco para que pueda tocarme la frente y pueda acceder.
Sus ojos se tornan completamente negros.
—Vi un par de cosas traumáticas— dice Matheo con una mueca pestañeando con dificultad.
—¡oye!
— que es broma, niño— se ríe como santa Claus— pero temo que tengo una noticia para ti hijo...
—¿cual?
—estas embarazado— lo miro perplejo para luego romper en risas
—no jodas, casi me la creo hasta que recordé que ¡no tengo útero! — señalo mi estomago queriendo probarle que biológicamente mi cuerpo no está preparado para concebir un puto niño
—numero uno, no te estoy jodiendo, y número dos es verdad que no tienes útero pero si tienes magia
—no jodas, Matheo— mi risa ahora es más nerviosa, sin gracia— no quiero estar 9 meses con un feto en mi estomago
—ah tranquilo, no va a pasar
—oh, que bien
—porque estás pariendo ahora mismo
lo miro sin emitir palabra. desconcertado.
él toma de su copa totalmente tranquilo y feliz. Me sonríe con su rostro.
—felicidades, Stilinski
—necesito explicaciones no felicitaciones. primero que todo, ¿por donde mierda va a salir el bebe?
Matheo se ríe y juro que estoy planteándome golpear a un anciano.
—sentémonos en el césped un momento— dice Matheo sentándose. lo imito cuando veo que no me queda opción.
