Parte 2

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— María

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— María... — murmuró su nombre aún sin poder creerlo.

La mujer cerró la puerta con delicadeza y caminó tranquilamente hasta Lorenzo, quien aún no había salido de su estupor. El hombre solo se limitó a verla caminar hasta él, admirando la inigualable belleza de María, una belleza que era incomparable ante los ojos del príncipe. María era consiente de los profundos sentimientos que el joven tenía hacia ella, por lo tanto, sería muy fácil llevar a acabo sus planes. Mientras eso ocurría, tenía que fingir amarlo para llegar a ser algo más que una sirvienta.

Ella llegó hasta él, y posterior a eso, se lanzó hasta Lorenzo mientras le daba un abrazo. Lorenzo salió del trance y con mucho regocijo le devolvió el abrazo a la mujer.

— No sabe cuanto lo he extrañado — murmuro María con voz suave y melosa.

— María... — soltó en un suspiro — Mi amada...

— Mi amado Lorenzo — repitió ella con voz suave — No sabe el miedo que sentía al pensar que jamás volvería a verle — la voz de la mujer se quebró un poco al soltar esa declaración.

— Y usted no sabes cuánto anhelaba volver a tenerla junto a mi, amor mío  — declaró Lorenzo. Este se había olvidado de todo lo demás, María lograba opacar cada cosa, todo al rededor parecía insignificante para Lorenzo, solo importaba su amada.

— No lo parece, mi amado Lorenzo. Ni siquiera me ha buscado... — Maria parecía estar herida, como si le doliera de verdad que Lorenzo se haya olvidado de ella — Y ahora resulta que está apunto de casarse con la princesa Isabella...

— María, escúcheme por favor...  — Lorenzo tomó suavemente el rostro de la mujer, y con mucha delicadeza,  acarició con sus pulgares las mejillas de María — Yo la amo más que a mi propia vida, soy capaz de cualquier cosa por usted...

— Pero usted...

— ¡No! Tiene que escucharme — rogó Lorenzo — Sino la busqué antes, era por que Leonidas no lo hubiera permitido. Usted sabe lo que él piensa de nuestro amor. Tenía que buscar la manera de encontrarla sin que usted saliera lastimada en el proceso...

— ¿Lastimada? — preguntó con "inocencia".

— Si, usted sabe de lo que es capaz Leonidas — le explicó — Tenía que buscar otra alternativa, y encontré esta oportunidad para lograrlo, ahora mis planes...

— Pero ahora usted será de otra mujer... — interrumpió la joven con pesar y melancolía.

— Tengo planes — dijo Lorenzo sin dudarlo — Ahora que esta aquí frente a mi, no la dejaré ir fácilmente. Prometo que haré todo el esfuerzo por tenerla otra vez conmigo.

— ¿Lo promete Lorenzo? — siguió murmurando y preguntando María, ahora ella lo veía directamente a los ojos mientras intentaba seducirlo y hacerlo caer bajo sus encantos.

Vestigios Nocturnos:  (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora