Parte 5

7 1 10
                                    

Los días iban pasando y la boda cada día estaba más cerca

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Los días iban pasando y la boda cada día estaba más cerca. María también se estaba encargando que cada detalle saliera perfecto, pidió ayuda a Isabella hipócritamente, tenía que fingir llevarse bien con la reina para que nadie pudiera notar su odio hacia la soberana de Luminis.

Mientras que Isabella se sentía feliz y conmovida al ver que María quería su ayuda en la boda, pensaba que quizás eso las acercaría más y aprenderían a llevarse bien a medida pasaba el tiempo. Ambas tenían que aprender a compartir la presencia de Lorenzo y, por ende, era esencial crear armonía entre los tres. Era esa la razón por la que Isabella trataba de familiarizarse con la joven de cabello negro, así como también deseaba que ella lo hiciera con su presencia, y que mejor oportunidad que la planificación de una boda.

— ¿Qué le parece esta opción? — preguntó amablemente la reina. En su mano tenía un pañuelo color blanco con textura delicada y suave, así como también creado a base de hilos finos. La realeza solía utilizarlo al momento de entregar los platos de comida como una decoración para el platillo, también servían como servilletas para limpiar los resto de comida al final del plato.

— Es demasiado... mmm... simple — respondió María — Me gustaría algo más llamativo.

— Entiendo — contestó Isabella con una sonrisa suave ante las palabras de María — Puedo buscar algo más.

— Lo siento mi soberana — dijo la joven del servicio — Pero son las únicas que tenemos por el momento. La siguiente entrega llega dentro de unos meses según me informaron.

— ¡Tanto tiempo! — exclamó María — Lo siento pero me niego a esperar demasiado.

— Tranquila, ya encontraremos la forma — le dijo Isabella con tranquilidad e intentando transmitirle calma a la futura esposa del rey — Graciela, ¿puede alguien aquí ayudarnos con eso?, podemos pagarle a un empleado para que las fabrique.

— Por supuesto mi reina. Hay un empleado que es experto en la fabricación de telas y decoración de bodas — respondió la joven. — Puedo hablar con él por ustedes.

— Nos encantaría...

— ¿Qué tipo de telas utiliza él? — interrumpió María. Esta quería solo lo mejor para su gran día, tenía que ser recordado como la mejor boda de todos los tiempos. No como la simple boda que Isabella había organizado para ella misma.

— Pues... — dijo indecisa la joven — Tendría yo que preguntarle, últimamente no sé con qué telas él trabaja.

— ¿No se supone que usted debería saberlo?

Vestigios Nocturnos:  (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora