— ¿Acaso Insinúa que no fui del todo honesto con el propósito de ganar la confianza del rey y algún beneficio? — reclamó Pedro a Humberto.
— Solo digo que como consejero su deber era aclarar el asunto; usted sabía que la joven no era noble ni descendiente de algún rey o príncipe — le respondió Humberto sin inmutarse por los reclamos del otro — Debí decir que el consejo ha aceptado esta unión; pero no significa que sea de nuestro agrado. Y mucho menos la del pueblo.
— El consejero Pedro no tiene culpa de mis acciones — le dijo Lorenzo en defensa del anciano — Él me explico todo parte por parte sin evadir ningún detalle. Aún así soy yo quien tomará la decisión.
— De acuerdo, mi señor. He de disculparme entonces con mi hermano; es simplemente una preocupación la que llevo conmigo. — les respondió aquel anciano de la corte — Además, veo en el rey un semblante tranquilo y demasiado relajado; presiento que no se está tomando esta situación con él debido cuidado con que se debería. — reprochó aquel hombre hacia el rey.
Eso hizo que Lorenzo se sintiera airado; este se levantó del trono y caminó unos pasos hasta aquel hombre; se situó frente a él con el ceño fruncido y con el enojo correr en sus venas.
Mientras que Isabella miraba aquella escena con temor, ella también desvió su mirada de Lorenzo y del consejero Humberto a Pedro y Alonzo en busca de apoyo; ambos hombres, tanto el anciano como el escudero se acercaron un poco a Lorenzo y Humberto para evitar un problema mayor.— ¿Acaso piensa usted, consejero Humberto que puede venir hasta mi y hablarme de esa forma? — le dijo un Lorenzo con voz grave y hostil — ¿Acaso piensa que mi intención es hacer caer a la nación? — siguió preguntando — Como cualquier humano cometí errores, pero también estoy intentando resolverlos, en ningún momento hice esto con la intención de dañarlos a todos ustedes — le dijo con firmeza mientras miraba cada uno de los rostros que estaban presentes — Yo no conocía las leyes, ahora lo hago, y no fue gracias a Pedro, quien tuvo la decencia de venir a mi y ayudarme, algo que usted y los dieciocho ancianos que acaban de salir por esa puerta no hicieron. — le recalcó — Así que no venga amenazando al consejero Pedro ni insinuándole cosas que no son ciertas. Además, a pesar de mi error aún merezco algo de respeto, mi título tiene más peso que el suyo, por ende no puede hablarme como si fuésemos familia.
— Está bien — dijo Humberto, tan firme y estoico como siempre — Espero que las cosas marchen para bien. — respondió simplemente. — Lamento señalarlo de esa manera; no fue mi intención soberano — se disculpó — Estoy confiando en la tranquilidad del rey y del consejero Pedro; eso me indica que confían plenamente en el plan que presentaron ante nosotros.
— Así es mi hermano — habló Pedro a Humberto — Debe mantener usted también la calma; ningún problema se resuelve con desesperación y temor — dijo sabiamente — Esperemos a que nazcan los herederos, así iremos tomando mejores decisiones a medida ellos vayan creciendo.
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Vestigios Nocturnos: (EN EDICIÓN)
Teen FictionEn los majestuosos terrenos del "Luminis Imperium", donde la autoridad del Rey Magnus IV se extiende, florece la historia de Isabella Munoz III. Su padre, el rey, anhela un matrimonio que fortalezca la historia de su linaje. En el reino vecino de "R...