Parte 3

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Isabella y Lorenzo estaban pasando un día muy divertido y tranquilo, contaban sus historias de cuando eran niños y sus travesuras, y se divertían con aquellos relatos

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Isabella y Lorenzo estaban pasando un día muy divertido y tranquilo, contaban sus historias de cuando eran niños y sus travesuras, y se divertían con aquellos relatos.

— Fue así como mi nana termino con ese tinte en el cabello — río Isabella. — No tenía idea que esa planta podía teñir el cabello de amarillo.

— Pobre nana... — suspiró Lorenzo con fingida tristeza y diversión — Ya me preguntaba por qué la señora tenía un color extraño en el cabello. Es casi verde con tonos marrones  — recalcó con diversión.

— Fue un accidente...

— Claro — respondió Lorenzo con ironía. — Un accidente bien planeado... — Ambos rieron ante el recuerdo.

Lorenzo sin saberlo, empezaba a tener sentimientos encontrados por la joven, quiso hacerlos aún lado pero cada día que pasaba ese pequeño y minúsculo sentimiento crecía, no sabía cómo nombrarlo, pero si sabía que no quería separarse de Isabella. Por unos meses, trató de olvidar su promesa hacia María, pues aún estaba muy lejos de llevar acabo sus planes, él quería por lo pronto, respetar al rey Magnus. No podía casarse con alguien más y llevarla a vivir bajo el techo del soberano, tampoco podía casarse con alguien más haciéndole creer que su hija no era suficiente. Pero eso fue lo que lo llevo a despertar ese sentimiento por Isabella y a disfrutar de su cercanía.

Y así llegó el momento, donde tenía que hablar con la joven sobre aquel tema pospuesto durante mucho tiempo.

— ¿Qué sucede rey Lorenzo? — preguntó ella al verlo más serio.

— Nada... es solo que... hay algo de lo que debemos hablar. — dijo tratando de encontrar las palabras adecuadas para no ofenderla.

— ¿Es sobre... la joven, María? — preguntó con tristeza, pero tratando de ocultar su malestar, por lo que Lorenzo no lo noto.

— No, es sobre algo más...

— Oh — murmuro la joven intrigada. ¿Qué sería eso que Lorenzo quería hablar? — ¿Qué es entonces?

— Ambos teníamos conocimiento de... bueno. Que este matrimonio se trataba de... linaje...

Las mejillas de la joven se tornaron de un rojo vivo, bastante notorio, Isabella también abrió los ojos con sorpresa, si, ella tenía conocimiento de eso, pero ella no quería que las cosas sucedieran de ese modo, solo por deber, si debía traer hijos al mundo, quería que fueran por amor, y no por complacer a los ancianos.

— ¿Isabella?... — dijo Lorenzo agitando su mano frente al rostro de la joven, pues esta parecía estar en estado de shock — ¿Isabella, se encuentra bien?

Vestigios Nocturnos:  (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora