Primer combate

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La batalla dio inicio con un estruendoso sonido de las espadas al impactar, toda la tripulación estaba expectante e hicieron un círculo alrededor de ambos hombres para visualizar mejor la pelea, prontamente se dieron cuenta de que eso era un grandísimo error: El nivel al cual estaban ambos espadachines era muy elevado, tanto que cada vez que uno lanzaba un golpe y el otro lo detenía se producía una onda de choque que impactaba con fuerza a al menos 3 metros a la redonda, los árboles que crecían en esa zona se vieron derribados ante los impactos.

Los piratas decidieron que lo mejor sería observar desde una distancia un poco más alejada pero todavía sin intenciones de quererse perder nada en absoluto. Los movimientos eran rápidos y precisos, no había lugar a dudas de que ambos lo estaban dando todo en esa pelea y ninguno tenía la intención de perder. Golpeaban, esquivaban, maldecían, lanzaban ráfagas con las espadas en un intento de provocar daño al otro que solamente terminaban afectando a la ya dañada naturaleza que les rodeaba.

Mantuvieron el ritmo incesante durante 5 horas, no parecía que la batalla estuviera próxima a llegar a su fin pero los espadachines si que se veían más cansados que al inicio: El sudor hacía que los mechones de cabello se pegaran a sus frentes, los movimientos se volvían más erráticos al estar cansados después de tanto tiempo de blandir ininterrumpidamente las espadas, sus pechos bajaban y subían con las respiraciones encontrándose ya irregulares.

- ¿Cansado, Ojos de halcón? - Cuestionó Shanks con la sonrisa ladina en el rostro, a pesar de que estaba cansado, no perdía oportunidad de fastidiar al otro cuando podía hacerlo

- ¿Yo? Tú te ves del asco, pelirrojo - Contraatacó Mihawk a la par que asestaba un golpe contra la espada del contrario. Shanks detuvo el movimiento, pero quedaron tan cerca el uno del otro, tan solo separados por las espadas que impedían que se tocaran.

- ¿O sea que antes me veía guapo? - Inquirió casi escupiendo las palabras ya que se sentía incapaz de hablar correctamente por la falta de aire que no llegaba a sus pulmones debido al esfuerzo que realizaba.

- ¿No puedes concentrarte? -

- ¿No puedes responder sin hacer otra pregunta? -

Ambos chistaron molestos y saltaron hacia atrás para alejarse del contrario. Permanecieron inmóviles unos segundos, intentando recuperar el aliento antes de volver a empezar.

La tripulación ya se había cansado de observar la pelea, los vítores iniciales hacia el capitán también habían cesado y ahora se encontraban jugando distraídamente cartas sobre la arena para distraerse de la pelea, de vez en cuando giraban el rostro para ver quien iba ganando, pero realmente era muy difícil de definir ya que ambos se encontraban al mismo nivel. Solamente uno de los tripulantes seguía observando de cerca la pelea: Benn.

El primer oficial no había despegado los ojos de esos dos desde que la batalla había empezado, mantenía la atención fija en ellos y en cada uno de sus movimientos mientras fumaba cigarrillo tras cigarrillo. Había determinado el final de la pelea después de la primera hora y creía que los combatientes también lo sabían, por lo que no entendía la razón de que siguieran luchando. Entendía que quizás, por parte de Mihawk era debido al orgullo de querer proclamarse como el mejor pero no lograba identificar el motivo del capitán, quien siempre era reacio a las peleas y más una que sabía que no llevaría a ningún lado, aun así, podía ver la sonrisa de emoción que tenía sobre el rostro el pelirrojo, hacía tiempo no lo veía divertirse así y quizás esa era la razón de continuar: había encontrado a un compañero.

Benn sacó el reloj que guardaba en su bolsillo y suspiró cansado. Hacía ya un buen rato que había anochecido y la única luz que los iluminaba era la fogata que había encendido la tripulación para cocinar la cena y la luna, que iluminaba en su fase completa sobre el cielo nocturno. Estudiando más a fondo el transcurso de la pelea, se dio cuenta que ninguno de ellos iba a finalizarla, ambos eran unos testarudos orgullosos que no se darían por vencidos aún cuando desfallecieran de cansancio, por lo que interpretó que aquello sería su responsabilidad.

RivalidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora