Dos cuerpos.

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A la mañana siguiente cuando Shanks despertó sentía un dolor punzante en la cabeza y en el hombro, producto de la resaca y la caída que había tenido. Llevó las manos a sus ojos para limpiarlos y terminar de despertar. Se estiró un poco exhalando un profundo "Ah" de gusto al sentir sus músculos reactivarse.

- Tienes una manera de despertar nada decente - Profirió una voz desde el otro extremo de la habitación logrando que el pelirrojo se sobresaltara. Conocía perfectamente al dueño y de repente todos los recuerdos cayeron de golpe en su mente como un balde de agua fría. La caída, Mihawk sosteniéndolo y después dejándolo caer, las advertencias frente a su habitación, los besos, las caricias, el cuerpo del pelinegro moviéndose ritmicamente sobre él... las mejillas de Shanks automáticamente adquirieron una tonalidad rojiza y solamente para corroborar observó su cuerpo debajo de las sábanas: Estaba desnudo.

Giró lentamente el rostro hacia el espadachín que estaba entretenido leyendo uno de los libros que el pirata tenía en la estantería.

- No se debe juzgar la manera de despertar de las personas, Mihawk. - Reprendió Shanks porque francamente no sabía que más decir.

El pelinegro levanto la vista de las páginas que leía y encaró a Shanks. El pelirrojo se había sentado en la cama, tenía los cabellos totalmente despeinados, un rostro adormilado y las mejillas sonrojadas. Las manos se aferraban a la cobija como si intentara tapar su desnudez. Mihawk por su parte tenía el torso desnudo pero vestía su pantalón y en su cuello había marcas rojizas que el pelirrojo sospechaba habían sido causadas por él.

El espadachín dejó el libro sobre el estante y se acercó a la cama con una hoja en su mano.

-Encontré algo interesante mientras dormías... roncando, por cierto. - Ojos de halcón detuvo su marcha cuando se encontró frente a Shanks y le extendió el papel enrollado que llevaba.

El pirata lo tomó con curiosidad y al momento de extenderlo, la sangre abandonó su cuerpo: Era el cartel de 'Se busca ' de Mihawk con su primer recompensa. Tragó duro y apartó la vista para ver al espadachín.

-No se debe revisar las pertenencias de los demás, Mihawk. - Sentenció el pelirrojo volviendo a enrollar el papel con sumo cuidado.

-Creo que es momento de que empieces a hablar, Shanks. - Declaró el pelinegro cruzándose de brazos y mirando acusadoramente al hombre que yacía en la cama.

El pirata llevó una de sus manos a su cabello intentando distraidamente darle forma mientras pensaba en lo que diría. Realmente no sabía qué es lo que esperaba ojos de halcón que dijera, creía que los sucesos de anoche hablaban por sí mismos.
-Creí que habías dicho que hablaba mucho - Murmuró el pelirrojo intentando quitarse de encima el peso de revelar todo.

-Shanks... - Comenzó Mihawk con tono impaciente.

-¿Qué quieres que te diga? ¿No quedó claro anoche? -

- Anoche estabas ebrio, Shanks. Fácilmente pudiste pasar la noche pensando que era otra persona - Exclamó el pelinegro y aquello le dolió al pirata.

Literalmente, el capitán tenía encuentros con hombres que solamente se parecieran a Mihawk para intentar pensar que eran él y que ahora viniera el espadachín a decirle que se lo había cogido pensando que era otro le golpeó el orgullo pero claramente no se lo diría.

-Bueno, ¿Quieres la verdad? - Cuestionó Shanks alzando la vista para mirar a ojos de halcón.

-Si, es justamente lo que quiero. -

El capitán suspiró, no podía seguir ocultando las cosas por más tiempo, además, si habían pasado la noche juntos y Mihawk seguía en la habitación no podía ser tan mala señal ¿no?

RivalidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora