Una noche

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Las semanas se convirtieron en meses y posteriormente en años y los dos espadachines seguían teniendo encuentros cada cierto tiempo para debatirse en duelo y saber quién era el mejor. El resultado siempre era el mismo: Empate. Por más que intentaran, por mucho que entrenaran, se volvía más fuertes juntos y era imposible que uno le ganara al otro.

Sus cuerpos cambiaron, los músculos se definieron más, en el caso de Mihawk, aunque su figura era delgada y liviana, su abdomen estaba totalmente marcado al igual que los brazos. Por el contrario, Shanks se había vuelto un poco más corpulento en lo que respectaba a los hombros y el pecho, logrando ser un poco más grande que Mihawk pero manteniendo la misma fuerza. Ambos aprendieron y entrenaron el Haki en un intento de rebasar al otro pero el resultado fue igual cada vez.

Shanks pensó que con el paso del tiempo, al igual que su cuerpo, sus sentimientos por el espadachín cambiarían pero no pudo haber estado más equivocado. Cada vez lo esperaba con más ansias, con más ánimo de entablar una conversación con él y preguntarle cómo había estado su vida durante ese periodo en el que permanecieron alejados. Mihawk, a pesar de que mantenía la seriedad de siempre, se encontraba más abierto con Shanks, teniendo una conversación amena con el hombre donde ambos bromeaban e incluso reían. Para Shanks fue toda una novedad cuando escuchó por primera vez la risa del pelinegro y observó cómo sus ojos se achicaban por la diversión. No recordaba de por qué había reído, quizás un mal chiste -De los muchos- que contaba el pelirrojo o porque el pirata se golpeó a sí mismo mientras estaba distraído, lo que si podía recordar era el melodioso sonido que impregnó toda su mente y lo dejó pensando en eso durante semanas enteras.

Ahora ya tenía 24 años, era un pirata con una recompensa muy alta por su cabeza y estaba en camino de convertirse en emperador de mar, mentiría si dijera que todos los triunfos que habían alcanzado no le hacían feliz, pero sentía que todavía le faltaba algo, de cierta manera se sentía vacío.

-Capitán - Interrumpió Benn en una de las tantas veces en las que Shanks decidía sentarse en la popa para estar solo y observar el mar, sumergido en sus pensamientos, algunas ocasiones eran respecto a Mihawk y otras tantas eran acerca del rumbo que seguiría con la tripulación, tenía que elaborar estrategias que los llevaran a la victoria.

-Dime Benn - Inquirió con aire distraído sin apartar la vista del agua. El día estaba llegando a su fin y el mar se pintaba de un color rojizo y anaranjado que le inundaba de paz aunque sospechaba que con la llegada del primer oficial aquella paz iba a terminar.

-¿No crees que ya fue demasiado? - Preguntó con verdadera curiosidad el pirata que tomaba lugar al lado del capitán.

-¿Exactamente a qué te refieres? - Respondió sin estar demasiado seguro de lo que hablaba.

Benn suspiró pesadamente, ese tipo de conversaciones le generaban conflicto ya que se había dicho a sí mismo que ya no se metería. - Capitán... sabes de lo que hablo -

Shanks entendió a la perfección después de escuchar esas palabras: Hablaban de Mihawk. A veces solían tener ese tipo de conversaciones donde Benn le preguntaba de su relación con el espadachín y éste se limitaba a responder que solamente eran rivales. A pesar de que el pelirrojo se moría de ganas de ser algo más o incluso dar aunque sea un pequeño paso como besar a ojos de halcón, todavía no se armaba de valor suficiente para hacerlo.

-No creo que sea demasiado, vino apenas hace unas semanas - Respondió despreocupadamente el pelirrojo aún cuando sabía que no era acerca de eso.

-Llevas enamorado de él 3 años y no le has dicho nada pero tampoco has hecho un movimiento con otras personas... ¿No crees que es hora de dejar ir ese sentimiento? La vida en el mar es solitaria capitán, pero no por eso tienes que prohibirte disfrutarla. Hay muchas personas allá afuera que podrían estar contigo incluso si no es un tema amoroso... si sabes a lo que me refiero. - Exclamó Benn y Shanks sonrió divertido girando a verlo para encararlo.

RivalidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora