Firmas y tratados

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Benn observó la escena, atónito como todos. Esos dos a cada rato estaban discutiendo por pequeñas estupideces pero nunca llegaban a los gritos y menos a insultarse de esa manera, esta vez parecía serio.

El primer oficial realmente no se quería meter, Shanks ya era un adulto que había llevado su relación de buena manera si se podía decir así pero fue inevitable no hacerlo cuando se empezó a escuchar ruido de cosas quebrandose y cayendo dentro de la habitación del capitán. Suspiró pesadamente y caminó en esa dirección después de decirle a la tripulación que se dispersara a realizar sus actividades, que la función ya había terminado.

Tocó un par de veces la puerta pero no se escuchó respuesta alguna más que el estruendo de cristales rompiéndose. Así que decidió entrar, descubriendo que la habitación estaba totalmente desordenada, el librero estaba caído y varios libros se encontraban con hojas arrancadas, rotas y tiradas por todos lados. Algunas figuras que Shanks coleccionaba y que Mihawk le regalaba también estaban hechas añicos en el piso de madera.

El capitán se encontraba de pie en medio del cuarto, su pecho se levantaba y bajaba rápidamente por el esfuerzo que había hecho y Benn solamente podía preguntarse cómo logró destrozar tanto en tan poco tiempo.

-¿Capitán? - Preguntó Beckman apoyándose en una de las paredes, intentando pisar el desorden.

El mencionado ni siquiera se giró para responder.

-Ahora no, Benn, es mal momento -

-Si, eso puedo verlo claramente... Fue fácil darme cuenta, de hecho todos los hicieron, incluso las personas de la isla más cercana también se habrán dado cuenta por lo gritos. -

Shanks por fin se giró para verlo. Su rostro tenía todavía una tonalidad rojiza, sus cabellos desordenados y tenía un ligero corte en la mejilla, quizás por algún vidrio que le saltó mientras lo arrojaba.

-No estoy de humor para bromas. Lárgate de una buena vez - Escupió las palabras con enojo el capitán.

-Oye chiquillo malcriado, cuida la manera en la que me hablas, eso me gano por intentarte ayudar, quédate solo si así lo quieres - Exclamó Benn sintiéndose irritado por la respuesta y caminando hacia la salida.

Shanks sintió que su mundo se venía abajo en tan solo un segundo, el mayor claramente no había hecho nada malo y él se quería desquitar con él.

-No, Benn... disculpa. Ya perdí a Mihawk, no quiero perder más personas. - Admitió intentando controlar el enojo que recorría su cuerpo y amenazaba con nublar de nuevo su juicio.

-Bien. ¿Quieres estar solo o hablar al respecto? -

Shanks se lo pensó durante un momento. No sabía ni siquiera por qué estaba tan molesto ni cómo las cosas habían escalado de manera tan veloz con Mihawk que terminó todo en ese desastre. El capitán miró a su alrededor todos los destrozos que había hecho y entre tantos papeles y vidrios rotos se encontraba el cartel del pelinegro, el reciente. Se inclinó para recogerlo y lo entregó al mayor sin decir nada.

Beckman lo tomó con curiosidad percatandose de inmediato del nuevo título asignado al espadachín. Sonrió divertido y en parte sintiéndose orgulloso por él. Lo había visto entrenar duro y durante tanto tiempo que el hecho de que ahora fuera reconocida su capacidad, era, a su percepción, asombroso.

-Se molestó porque le dije que estaba siendo inocente al creer ese título, que incluso caía en lo ridículo considerando que se lo dieron solamente cuando yo había perdido mi brazo... después discutimos y las cosas se salieron de control. - Murmuró Shanks tomando asiento en la silla del escritorio.

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