Aguas calmas.

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Mihawk estaba terriblemente en desacuerdo con la decisión del vicealmirante, ya había perdido demasiado tiempo entre ir y venir con Doflamingo, buscar a Buggy y cazarlo como para que todavía perdiera al menos un mes entero en el barco de la Marina, se rehusaba, a lo mucho iba a estar ahí dos semanas y eso ya era una exageración.

La pierna le dolía, los pulmones le ardían cada vez que respiraba y todavía se sentía un poco mareado. Tenía el sabor salado del agua en lo más profundo de su garganta y por primera vez en su vida había saboreado lo que era estar al borde de la muerte y claramente le desagradó... lo único que lo calmaba era saber que tomó la elección correcta con respecto a Shanks, aún incluso a punto de morir había imaginado su rostro, su sonrisa, su persona, claramente las cartas se habían echado y el pelirrojo era lo único que le importaba en la vida.

Se imaginaba qué estaría haciendo en ese momento el pirata, quizás perdiendo la cabeza porque no tenía manera de encontrarlo y tampoco sabía la situación en la cual se encontraba, aunque pensándolo bien, era lo mejor porque el menor no era conocido por su paciencia y de haberlo sabido ya habría asaltado el barco produciendo un daño más grande.

Otro pensamiento que pasaba por su cabeza era lo que le había dicho Buggy; el hecho de que el payaso mencionó que no tuvo nada que ver con Shanks más allá que una visita meramente familiar en la cual el pelirrojo le hizo prometer regresar utilizando la promesa del meñique. Había estudiado con detenimiento la conducta del contrario en caso de que estuviese mintiendo pero todo lo que dijo parecía verdad, así que eso lo dejaba solo con la idea de que Shanks realmente no había tenido sexo con el payaso... el pelinegro no sabía como sentirse al respecto, no después de haber pasado tanto tiempo pensando que le fue infiel y decidir pagarle con la misma moneda al estar con Doflamingo.

En ese preciso momento por la mente de Mihawk pasaban mil y un cosas... ¿Había sido él el traidor al acostarse con otra persona? Claramente no lo hubiese hecho de saber lo que ocurrió aquella noche pero el pelirrojo pareció aceptar sin rechistar sus acusaciones que ni siquiera pudo dudarlo, ¿Por qué Shanks permitió aquello? ¿Realmente el hecho de encubrir a Buggy lo merecía? Sabía que él era un Shichubukai pero si el pirata se lo pedía hubiese omitido sin ninguna duda el pasado del payaso, ¿Acaso Shanks no confiaba en él como para decírselo?

El pelinegro ciertamente no quería sobrepensar las cosas, tendría tiempo suficiente para aclarar todas sus dudas cuando estuviera con el pelirrojo y no podría hacerlo si seguía encerrado en esa maldita habitación de ese maldito barco de la Marina.

Mihawk suspiró pesadamente, si o sí tenía que salir de ahí inmediatamente. Intentó incorporarse aprovechando que no había nadie más en el cuarto que pudiera detenerlo pero el fuerte ardor en la pierna lo detuvo tan pronto inició el movimiento. Dejó caer la cabeza sobre la almohada maldiciendo a todos los dioses en los mares por ponerlo en esa situación. Repitió una y otra vez el intento de mover la pierna y todos acabaron de la misma manera: Un fuerte dolor y una mueca marcada en el rostro del espadachín.

Apretó los puños con fuerza y golpeó el colchón en el cual se encontraba recostado, la pierna le dolía pero más que nada su orgullo estaba siendo golpeado al reconocer que Garp tenía razón y que posiblemente no podría abandonar la nave hasta que estuviera bien.

No se había dado cuenta de lo cansado que estaba hasta que dejó de luchar por intentar moverse y se quedó tumbado, de pronto todo el esfuerzo que su cuerpo había hecho horas antes le azotó de un golpe; por más que intentó mantener los ojos abiertos le fue imposible y se sumió en un profundo sueño que su cuerpo le pedía a gritos tener para recuperar energías.

Mihawk despertó un par de horas después solamente porque tanto el doctor como el vicealmirante habían entrado a la habitación, el primero para revisarle la pierna y ponerle medicina en la intravenosa que tenía y el segundo para llevarle comida.

RivalidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora