Bajo ataque

301 24 7
                                    

Cuando el ataque pasó y el pelinegro por fin pudo recuperar el control tanto física como mentalmente de su cuerpo, realmente deseo haber muerto.

Tenía su cabeza todavía sobre el regazo del vicealmirante, podía sentir la penetrante mirada de éste sobre su rostro mientras le seguía acariciando calmadamente su cabello y murmurando frases como "Todo está bien, Mihawk". Se sentía totalmente avergonzado y humillado, se había puesto en una situación totalmente penosa y deplorable, es más, recordaba perfectamente cómo le había suplicando al mayor que se quedara a su lado. Sintió el calor inundando su cuerpo y sus mejillas adquirieron una tonalidad rojiza mientras desviaba su mirada a cualquier parte de la habitación con tal de no enfrentar la de Garp. No sabía como salir de aquel embrollo.

Es verdad que si no fuera por el mayor, posiblemente el ataque de pánico habría durado más y quizás ni siquiera hubiese podido controlarse, le debía mucho y por eso mismo no sabía abordar la situación de manera idónea.

Se aclaró la garganta sintiéndose capaz de regresar la vista hacia el vicealmirante pero volviendo a desviarla segundos después, un tanto nervioso por la situación. —Yo... eh... Yo creo que estoy mejor, viejo, gracias — Murmuró y se incorporó cuando sintió que la mano de Garp abandonaba su cabello, siendo sinceros, resintió la ausencia de la caricia pero jamás lo admitiría en voz alta, ni siquiera para él mismo.

—¿Qué fue toda esa mierda, Mihawk? — Preguntó el mayor todavía sentado el piso, observando fijamente al pelinegro para intentar descifrar que había sucedido hace unos minutos. —Es más, explícame que fue todo lo que pasó hoy. ¿Por qué el maldito pelirrojo tomó el den den mushi? ¿Por qué no acudiste al llamado? ¿Por qué casi te mueres en mis brazos? Eso último no fue nada masculino que digamos... —

Mihawk suspiró pesadamente poniéndose de pie, sentía todavía las piernas un poco temblorosas, estragos de la ansiedad que todavía residía en su cuerpo y se giró para observar al vicealmirante.  Eran demasiadas preguntas y ciertamente no sabía cómo responder a todas —Shanks contestó el den den mushi supongo que por idiota, tiene esa estúpida idea de que quieres algo conmigo más que... ya sabes, más que solo una alianza como tal — Murmuró sintiéndose incómodo de tener que mencionar aquello. El pelirrojo realmente era un verdadero imbécil por meterlo en esa situación. —Por eso mismo no acudí al llamado, no escuché lo que tenías que decir y lo de morir en tus brazos... en teoría no iba a morir o no lo sé, solamente eran demasiadas cosas pasando al mismo tiempo. —

—¿Y eso que dijiste de que por tú culpa Shanks había perdido el brazo? — Inquirió con una ceja levantada el mayor.

Mihawk dudó,  no recordaba haber dicho aquello pero si el hombre lo sabía entonces si o si debía ser por él.  —No fui con él cuando me lo pidió, si hubiese ido quizás nada de eso habría pasado — Reveló el pelinegro volviendo a sentir esa opresión en el pecho. Era la primera vez que hablaba con alguien más acerca de ese incidente, ni siquiera al mismo Shanks se lo había mencionado pero se sentía terriblemente culpable,  una decisión que le acompañaría por el resto de su vida.

Garp se puso de pie sacuendiendo su blanco traje que se había ensuciado un poco, quizás por la pelea que recientemente se había llevado a cabo o por estar sentado tanto tiempo en el suelo, no lo sabía a ciencia cierta. —Mhm... Ya veo... hay demasiada presión en ti, ojos de halcón. No creo que Shanks piense que es tu culpa. —

El pelinegro entreabrió los ojos al escucharle.  De alguna manera lo intentaba reconfortar.

—Si, bueno, eso ya pasó... —

—Además de que ese pelirrojo es listo respecto a sus sospechas — Interrumpió Garp y después lanzó una carcajada dejando a Mihawk atónito ante aquella respuesta

RivalidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora