Revelaciones

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Bom, bom, bom, bom, era el sonido de su corazón galopando a todo lo que daba dentro de su pecho, podía escucharlo claramente e incluso aquel detalle llegó a preocuparle de sobremanera. El pelirrojo todavía no sabía de dónde había sacado el valor para gritarle el pelinegro, pero lo hizo y ahora le iba siguiendo de camino al Red Force. Shanks se sentía mareado, como si sus pulmones de repente hubiesen decidido dejar de funcionar, un calor subía por su rostro y lo más probable es que tuviera las mejillas sonrojadas. Se maldijo internamente y se repetía una y otra vez que tenía que calmarse pero le resultaba imposible. Giró un par de veces la cabeza solamente para asegurarse de que Mihawk estuviera ahí, cada vez que lo hacía conseguía ponerse más nervioso cuando los ojos de intenso color ámbar le miraban con confusión. "Está bien, Shanks, lo único que debes hacer es empezar a hablar con él, es sencillo, tiene cara de enojado pero así es siempre, tú tranquilo, tú puedes, eres muy carismático, lo arreglarás" Se iba mentalizado a sí mismo y en la cuarta vez que giró el rostro estuvo a nada de estrellarse contra el pelinegro que al parecer había acelerado un poco el paso para alinearse con él. El pelirrojo de sobresaltó y se echó hacía atrás bajo la atenta y aún más confusa mirada de Mihawk. Era como si hubiese visto un fantasma frente a él.

-¿Qué demonios te pasa, Shanks? -Exclamó Ojos de halcón con la voz neutral y la seriedad que ya le caracterizaba.

-¿A mi? Tú te acercaste como si me estuvieras cazando, ¿Acaso no haces ruido al caminar o fue intencional? - Señaló el pelirrojo en un reproche mientras llevaba la mano a su pecho. Todavía podía sentir a su corazón latiendo con rapidez pero ahora no identificaba si había sido del susto que se llevó o por el cúmulo de pensamientos y emociones que estaba experimentando.

-No soy tu perro de seguridad ni tampoco guardaespaldas para ir detrás de ti todo el tiempo -

-¿Y quién te dijo que lo eras? —

-Tú empezaste a caminar delante de mi, pavoneandote como si fueras algún tipo de estúpida celebridad. —

-¿Quién utiliza esa palabra? ¡Pareces un anciano de 50 años! —

-¡Y tú pareces una antorcha andante! —

Ni siquiera se dieron cuenta el momento en que habían empezado a gritarse mutuamente, ni tampoco cuando se acercaron tanto el uno del otro pero estaban frente a frente, ambos con la enfado marcado en el rostro.

-¡Eres insufrible! —

-¡Tú eres un imbécil! —

-¡Tú eres la persona más estúpidamente seria que conozco! —

- ¡Y tú la persona más molesta, irritante y que no logra callarse ni un solo segundo! —

-¡¿Cómo pude ser idiota pensando que tú...?! - Shanks calló de inmediato, todavía a tiempo de evitar decir lo que quería. "Me atraes", era lo que acompletaría la oración pero no lo dijo, en cambio se dio la vuelta ante la mirada confusa del pelinegro.

-¿Qué yo que? ¡Shanks!

'Piensa, Shanks, piensa, si no respondes algo, no dejará de insistir, tienes que decir algo'

- Pensando que tú podrías ser mi amigo - Espetó el pelirrojo dándose la vuelta para encarar al pelinegro que no le había quitado la mirada de encima.

Mihawk sonrió sarcásticamente, mirando de manera despectiva al pelirrojo -¿Por qué no entiendes que no quiero ser tu amigo? ¿Quién podría querer ser tu amigo? - Ojos de halcón escupió las palabras, si tanto malestar le generaba al pirata entonces él se encargaría de que se le quitaran esas absurdas ganas de tener una amistad.

Auch. Aquellas palabras realmente le dolieron al pelirrojo, en su orgullo y en algo muy dentro de él que lo impulsaba a querer conocer al espadachín. Su rechazo le dolió pero no dejó que eso se reflejara en su rostro el cual mantuvo serio, algo extraño en alguien que se la vivía sonriendo.

RivalidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora