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Daphne

Ya había pasado una semana, y hasta entonces le he estado enseñando a Nicolle a leer a escondidas, ese idiota no me va a detener, aunque sea el rey.

Hoy decidí tomar un descanso con Nicolle, y de este castillo. Ya no soporte estar encerrada así que iré a dar una vuelta al pueblo.

Bajo las escaleras y me encuentro con Odele, es una de las señora que limpia el castillo, y a su lado está su hija pequeña, Pamela.

—¿Va a salir?—. Pregunta la pequeña.

—Así es—. Le doy una sonrisa.

—¿Mamá puedo ir con ella?

—Claro que no Pamela—. La reprende su madre.

—En realidad no tengo ningún inconveniente, y no sería malo tener compañía—. Comenté.

Odele duda un poco, pero al final accede, así que Pamela y yo emprendemos nuestro viaje.

Llegamos al centro del pueblo, donde hay mucha mercancía, Pamela se queda admirando unos juguetes, mientras que yo miro algunos precios de vestidos.

—¿Va a comprara los vestidos aquí?—. Curiosea Pamela.

—Si, ¿por qué?

—Bueno, usted es la esposa del rey, debería tener vestidos caros y elegantes.

La niña tiene un buen punto.

—Tienes razón, tal vez mañana encargue unos vestidos elegantes para mi, y también para ti.

—¿Enserio?—. Se ríe—. Usted es muy amable señorita.

—No me digas señorita, llámame Daphne—. Le digo.

—Esta bien, Daphne.

Pamela le quiere llevar algo a su mamá, así que seguimos mirando, pero aún no hemos encontrado nada.

—Daphne, creo que nos están siguiendo.

Pamela tiene razón, desde hace rato hay dos tipos detrás de nosotras, al principio pensé que era pura coincidencia, pero me di cuenta que no cuando uno de los tipos me señalo. Tenemos que escapar, pero no puedo poner en riesgo a Pamela.

—Escucha Pamela, ve hacia allá como si estuvieras mirando algo que comprar, y cuando esos hombres no te estén mirando sal a correr.

Pamela asiente, y hace lo que le dije, en un momento los tipos se distraen con algo, Pamela sale corriendo.

Bien, ya no me preocupa Pamela, ahora la que tengo que escapar soy yo, porque esos tipos ya vienen hacia mi. Me alejo de ellos, pero todavía me siguen, así que en un impulso comienzo a correr, ellos hacen lo mismo, y ya me están pisando los talones.

El cuerpo de Daphne no es tan atlético, así que no tardan en alcanzarme, siento que me golpean con algo en la cabeza.

Y pierdo el conocimiento.

Jack

Iba con Kathrine hacia el calabozo del castillo, ya que había atrapado a algunos ladrones. Mientras que  Kathrine me daba información sobre ellos.

Al llegar al primer piso, solo estaba la señora de la limpieza, en ese momento llega una niña gritando.

—¡Mamá… unos hombres… y nos siguieron…!—. Decía agitada.

—Habla claro Pamela—. Le decía la señora del aseo.

No le preste importancia y seguí mi camino.

—¡Secuestraron a Daphne!

Me detengo en seco.

—¿Qué dijiste?

—Dos tipos se llevaron a Daphne cuando estábamos en el pueblo. —. Dice angustiada, con sus lágrimas empezando a caer por sus mejillas.

No sigo escuchando, porque me dirijo hacia el establo lo más rápido que puedo, agarro mi caballo y me subo en el.

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Hola, hola.

Este capítulo esta corto, porque no tenía inspiración.

Trataré de que el otro sea más largo.

Nos vemos.

Un Demonio Como EsposoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora